lunes, 30 de enero de 2012

Apostando al ladrillo

Luego de varios años, la construcción vive en Necochea un tiempo de esplendor. Sin embargo, los empresarios del sector dicen que no se trata de un boom.


A ojos vista, en los últimos años Necochea ha recuperado los tiempos de gloria en cuanto a construcción. No menos de una decena de edificios, infinidad de viviendas, ampliaciones particulares y en menor escala la obra pública, han cambiado la fisonomía local y de Quequén, perfilando una especie de despegue.

La Dirección de Obras Privadas de la Municipalidad aprobó durante el año 2011 casi 123.500 metros cuadrados de edificaciones. Una de las mayores cantidades desde el lejano periodo de la década del 70 a la fecha, periodo en el que Necochea viviera una verdadera explosión de construcciones, con un turismo de verano muy concentrado en la costa atlántica, y sin la presencia de centros balnearios surgidos en los últimos años.

Sin embargo los constructores alegan que lo actual no se trata de un boom o burbuja inmobiliaria ¿Y entonces? : La respuesta es que se viene satisfaciendo el interés inversionista de un recortado sector de nuestra comunidad, con reservas económicas.

Desconfiados de dejar sus bienes en los bancos, luego de la catastrófica crisis que sufrió el país a principios de la década pasada, corralito mediante, muchos apuestan su dinero al ladrillo. Hoy se lo considera la más rentable forma de conservar un capital en el tiempo.

Uno de los aspectos positivos del buen presente en materia de construcciones es la gran cantidad de mano de obra ocupada, aunque se estima que un 70 por ciento de los trabajadores no están afiliados al gremio de la Uocra.

Una plaza barata y acotada

“Muchos se ven sorprendidos al observar la construcción de varios edificios, pero no es un fenómeno de Necochea solamente. Lo que sucede es que acá hacía 25 años que no se construía este tipo de propiedades”, describen los empresarios locales del sector.

Está claro que si se construye en la escala actual, por ejemplo incluyendo tras varias décadas tres edificios en la zona céntrica de la ciudad, es porque existe demanda.

Sin embargo los constructores se quejan que la local sigue siendo una plaza barata. “En Mar del Plata se están vendiendo propiedades frente al mar a 3.000 dólares el metro cuadrado y acá, a igual calidad de construcción, nos cuesta vender a 1.500 dólares…”, aluden, aunque sostienen que la renta es similar en ambas ciudades. A su vez el valor promedio de lo que hoy se compra en nuestro medio es de 90.000 dólares hacia arriba.

Si bien no hay precisiones, de lo construido últimamente o en ejecución se estima que está vendido poco más del 70%, la mayor parte a inversores necochenses. Asimismo, demostrando que por ahora la demanda es limitada, varios proyectos en la zona del centro han quedado “congelados”.

Resulta que el mercado de compradores sigue siendo acotado, generalmente a los productores agropecuarios y sus sectores colaterales, mientras que la clase media sigue impedida de acceder a la vivienda propia por la falta de accesibles préstamos bancarios.

La mayoría de las construcciones horizontales realizadas en los últimos tiempos en Necochea han sido financiadas mediante fideicomisos. “Es una herramienta que le da seguridad al inversor, pues pone su dinero en un proyecto y desde el primer momento es dueño de una parte del todo. Y si lo desea, puede ceder más adelante sus derechos a un tercero”, ponderó un reconocido profesional del sector.

Por otra parte los actores destacan que en materia de departamentos Necochea aún está en pañales en cuanto a propiedades de calidad, por ejemplo con losa radiante, carpintería de PVC, natatorios y ascensores automáticos de distinta velocidad.

Entre las innovaciones, con buena repercusión de ventas, se ha puesto en marcha el proyecto de lo que será el primer edificio en la ribera del Río Quequén.

Futuro prometedor

Pese al marco inflacionario que produjo un marcado freno de la actividad de la construcción en el país en el último trimestre de 2011, y a ciertas dudas planteadas respecto al rumbo de la economía en el año que acaba de comenzar, las fuentes consultadas a nivel local reflejan un estado de optimismo de cara al futuro. Lo sustentan en el gran valor que sigue teniendo la producción agraria de nuestro país.

Los empresarios adjudican parte de sus esperanzas al “contagio” que, de concretarse, produciría en la plaza necochense el millonario proyecto de renovación del frente costero con fondos del gobierno nacional, que días atrás anunciara el intendente.

Está claro que, ya sea al mismo ritmo actual o a uno menos acelerado, Necochea seguirá creciendo. Y en ello mucho tendrá que ver que la descubran, o mejor dicho se la haga conocer a potenciales inversores nacionales o internacionales.

Ante tal perspectiva, sobre todo en la villa balnearia, es hora de ir pensando para un tiempo no muy lejano el mejoramiento y ampliación del cada vez más exigido sistema de cloacas y desagües pluviales, y en menor medida el de la energía eléctrica. En la misma línea, aún es materia pendiente la construcción de la red de gas y de los pluviales en los balnearios.

Otra de las manifiestas preocupaciones es la casi colapsada red de agua, uno de los puntos que desvela a la administración municipal, según lo varias veces manifestado por el propio jefe comunal.

Sin todas estas mejoras concretadas, el crecimiento en materia habitacional ingresaría en un cuello de botella.

Al actual gobierno municipal le corresponde un rol preponderante para que la ciudad crezca en cuanto a edificaciones: ejecutar lo prometido en la campaña que lo llevó al poder; apuntalar al privado y hacer respetar las normativas existentes en cuanto a construcciones.

En otro orden, el tema habitacional para las familias de menores posibilidades económicas sigue siendo una deuda del Estado nacional. Vinculado a ello, trascendió en los últimos días que el municipio tomaría a su cargo la continuidad, por el sistema de administración, de la obra de las 223 viviendas pertenecientes al Plan Federal. Vale recordar que las mismas quedaron paralizadas porque las empresas adjudicatarias de los trabajos no pudieron seguir adelante, ante el desfasaje sufrido respecto al presupuesto inicial.


Fuente: Ecos Diarios

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lunes, 30 de enero de 2012

Apostando al ladrillo

Luego de varios años, la construcción vive en Necochea un tiempo de esplendor. Sin embargo, los empresarios del sector dicen que no se trata de un boom.


A ojos vista, en los últimos años Necochea ha recuperado los tiempos de gloria en cuanto a construcción. No menos de una decena de edificios, infinidad de viviendas, ampliaciones particulares y en menor escala la obra pública, han cambiado la fisonomía local y de Quequén, perfilando una especie de despegue.

La Dirección de Obras Privadas de la Municipalidad aprobó durante el año 2011 casi 123.500 metros cuadrados de edificaciones. Una de las mayores cantidades desde el lejano periodo de la década del 70 a la fecha, periodo en el que Necochea viviera una verdadera explosión de construcciones, con un turismo de verano muy concentrado en la costa atlántica, y sin la presencia de centros balnearios surgidos en los últimos años.

Sin embargo los constructores alegan que lo actual no se trata de un boom o burbuja inmobiliaria ¿Y entonces? : La respuesta es que se viene satisfaciendo el interés inversionista de un recortado sector de nuestra comunidad, con reservas económicas.

Desconfiados de dejar sus bienes en los bancos, luego de la catastrófica crisis que sufrió el país a principios de la década pasada, corralito mediante, muchos apuestan su dinero al ladrillo. Hoy se lo considera la más rentable forma de conservar un capital en el tiempo.

Uno de los aspectos positivos del buen presente en materia de construcciones es la gran cantidad de mano de obra ocupada, aunque se estima que un 70 por ciento de los trabajadores no están afiliados al gremio de la Uocra.

Una plaza barata y acotada

“Muchos se ven sorprendidos al observar la construcción de varios edificios, pero no es un fenómeno de Necochea solamente. Lo que sucede es que acá hacía 25 años que no se construía este tipo de propiedades”, describen los empresarios locales del sector.

Está claro que si se construye en la escala actual, por ejemplo incluyendo tras varias décadas tres edificios en la zona céntrica de la ciudad, es porque existe demanda.

Sin embargo los constructores se quejan que la local sigue siendo una plaza barata. “En Mar del Plata se están vendiendo propiedades frente al mar a 3.000 dólares el metro cuadrado y acá, a igual calidad de construcción, nos cuesta vender a 1.500 dólares…”, aluden, aunque sostienen que la renta es similar en ambas ciudades. A su vez el valor promedio de lo que hoy se compra en nuestro medio es de 90.000 dólares hacia arriba.

Si bien no hay precisiones, de lo construido últimamente o en ejecución se estima que está vendido poco más del 70%, la mayor parte a inversores necochenses. Asimismo, demostrando que por ahora la demanda es limitada, varios proyectos en la zona del centro han quedado “congelados”.

Resulta que el mercado de compradores sigue siendo acotado, generalmente a los productores agropecuarios y sus sectores colaterales, mientras que la clase media sigue impedida de acceder a la vivienda propia por la falta de accesibles préstamos bancarios.

La mayoría de las construcciones horizontales realizadas en los últimos tiempos en Necochea han sido financiadas mediante fideicomisos. “Es una herramienta que le da seguridad al inversor, pues pone su dinero en un proyecto y desde el primer momento es dueño de una parte del todo. Y si lo desea, puede ceder más adelante sus derechos a un tercero”, ponderó un reconocido profesional del sector.

Por otra parte los actores destacan que en materia de departamentos Necochea aún está en pañales en cuanto a propiedades de calidad, por ejemplo con losa radiante, carpintería de PVC, natatorios y ascensores automáticos de distinta velocidad.

Entre las innovaciones, con buena repercusión de ventas, se ha puesto en marcha el proyecto de lo que será el primer edificio en la ribera del Río Quequén.

Futuro prometedor

Pese al marco inflacionario que produjo un marcado freno de la actividad de la construcción en el país en el último trimestre de 2011, y a ciertas dudas planteadas respecto al rumbo de la economía en el año que acaba de comenzar, las fuentes consultadas a nivel local reflejan un estado de optimismo de cara al futuro. Lo sustentan en el gran valor que sigue teniendo la producción agraria de nuestro país.

Los empresarios adjudican parte de sus esperanzas al “contagio” que, de concretarse, produciría en la plaza necochense el millonario proyecto de renovación del frente costero con fondos del gobierno nacional, que días atrás anunciara el intendente.

Está claro que, ya sea al mismo ritmo actual o a uno menos acelerado, Necochea seguirá creciendo. Y en ello mucho tendrá que ver que la descubran, o mejor dicho se la haga conocer a potenciales inversores nacionales o internacionales.

Ante tal perspectiva, sobre todo en la villa balnearia, es hora de ir pensando para un tiempo no muy lejano el mejoramiento y ampliación del cada vez más exigido sistema de cloacas y desagües pluviales, y en menor medida el de la energía eléctrica. En la misma línea, aún es materia pendiente la construcción de la red de gas y de los pluviales en los balnearios.

Otra de las manifiestas preocupaciones es la casi colapsada red de agua, uno de los puntos que desvela a la administración municipal, según lo varias veces manifestado por el propio jefe comunal.

Sin todas estas mejoras concretadas, el crecimiento en materia habitacional ingresaría en un cuello de botella.

Al actual gobierno municipal le corresponde un rol preponderante para que la ciudad crezca en cuanto a edificaciones: ejecutar lo prometido en la campaña que lo llevó al poder; apuntalar al privado y hacer respetar las normativas existentes en cuanto a construcciones.

En otro orden, el tema habitacional para las familias de menores posibilidades económicas sigue siendo una deuda del Estado nacional. Vinculado a ello, trascendió en los últimos días que el municipio tomaría a su cargo la continuidad, por el sistema de administración, de la obra de las 223 viviendas pertenecientes al Plan Federal. Vale recordar que las mismas quedaron paralizadas porque las empresas adjudicatarias de los trabajos no pudieron seguir adelante, ante el desfasaje sufrido respecto al presupuesto inicial.


Fuente: Ecos Diarios

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