Créditos privados y valoración oficial, ingredientes para consolidar la identidad de una ciudad que comprende la importancia de dinamizar su pasado.
Este inventario, explica el Arq. Ernesto Spósito, secretario Ejecutivo de la Comisión Especial Permanente de la Ciudad Vieja -organismo interinstitucional que tiene a su cargo la gestión patrimonial de esa zona y del Barrio Sur-.
El sitio presenta un registro de todos los inmuebles del área, con descripción de cada uno, su valoración patrimonial, su grado de protección actual (2010) y anteriores (1983 y 2000), fotos, ubicación en la manzana, mapas interactivos desde donde consultar los perfiles de fachadas. De esta forma se cuenta con una visión de conjunto de Ciudad Vieja desde opciones tales como los grados de protección, los años del empadronamiento original de cada predio, los usos originales y actuales de planta baja, entrepiso, pisos altos y subsuelo, los tipos de propiedad, entre otros aspectos.
Los registros se ofrecen por padrón (lo que en Buenos Aires llamamos lotes o predios) o por tramos de calles. El buscador permite ingresar por número de padrón o por dirección, con calle y número. En cada registro se explica lo permitido o sugerido en dicho predio.
El adelanto en la recuperación de la Ciudad Vieja con respecto a la década de 1990 es notorio. Sin embargo, y a pesar de los evidentes signos de dinamismo económico visibles en los anuncios de obras por comenzar y en ejecución para rehabilitar, recuperar o reciclar antiguas construcciones en diferente estado de deterioro –algunas realmente en avanzado abandono, que podría juzgarse irrecuperable-, aún se nota mucho por hacer.
Virtuales ruinas que mantienen rejas coloniales comparten líneas de edificación con viejas casas -de las típicas con comercio en planta baja y vivienda en los altos- rehabilitadas como pequeños bares, restaurantes, sucursales bancarias, negocios de arte y artesanías o de indumentaria. A los que se agregan una gran cantidad de hoteles boutique, espacios para oficinas o residencias para turistas.
La zona del Mercado del Puerto cuya revitalización comenzó hace más de una década, sigue su dinamismo, al igual que las cuadras fundacionales que rodean la Plaza Zabala -donde lamentablemente diferencias de criterios han resultado en la demolición de una casa colonial, sin mayor relevancia arquitectónica pero valiosa por la calidad testimonial que daba al entorno de la plaza, ya rodeado en su mayor parte de edificaciones del siglo XX- mientras que las zonas que van desde la Plaza Matriz hacia el Sur y el Oeste son todavía las mas olvidadas, en cuyas calles se mezclan obras de revitalización y signos de deterioro inmanente.
La hotelería y las oficinas son los dos rubros de mayor empuje en las acciones de revitalización, confirmando la innegable reactivación en ambos aspectos visible en la capital uruguaya por estos días y, en el caso de las obras en Ciudad Vieja, con participación crediticia de entidades privadas.
En el rubro hotelería, a la ya tradicional y pionera presencia del Radisson en la Plaza Independencia, al hacerse cargo la cadena del antiguo Victoria Plaza, se sumó el NH sobre la Rambla Sur, el Howard Johnson detrás de la 18 de Julio, y hoteles boutique que han dado nueva vida a edificios de fin del siglo XIX, como el Plaza del Virrey sobre la peatonal Sarandí, en la manzana del Cabildo, elegido para alojar visitantes académicos.
En cuanto a las oficinas, la cercanía al distrito bancario, administrativo y cultural-museístico en Ciudad Vieja ha encontrado oportunidad para espacios acotados y fuertemente caracterizados.
Lejos de estar congelada, la Ciudad Vieja montevideana se ve en movimiento, y aun con las demoliciones y sustituciones que amenazaron su identidad en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, ha logrado sobrevivir. Hoy, gracias al catálogo completo del área, es posible valorarla en su armónica diversidad.
En noviembre último, la Intendencia Municipal de Montevideo presentó su nuevo Inventario Patrimonial de la Ciudad Vieja, con el que actualiza el Programa Revitalización Ciudad Vieja, que llevan adelante la Intendencia de Montevideo y el Banco Interamericano de Desarrollo, con el apoyo del Fondo Especial del Japón. El Inventario fue realizado por la Intendencia y la Facultad de Arquitectura, e incluye un marco teórico que sustenta la valoración del patrimonio arquitectónico y urbanístico de la Ciudad Vieja.
Este inventario, explica el Arq. Ernesto Spósito, secretario Ejecutivo de la Comisión Especial Permanente de la Ciudad Vieja -organismo interinstitucional que tiene a su cargo la gestión patrimonial de esa zona y del Barrio Sur-.
Los registros se ofrecen por padrón (lo que en Buenos Aires llamamos lotes o predios) o por tramos de calles. El buscador permite ingresar por número de padrón o por dirección, con calle y número. En cada registro se explica lo permitido o sugerido en dicho predio.
El adelanto en la recuperación de la Ciudad Vieja con respecto a la década de 1990 es notorio. Sin embargo, y a pesar de los evidentes signos de dinamismo económico visibles en los anuncios de obras por comenzar y en ejecución para rehabilitar, recuperar o reciclar antiguas construcciones en diferente estado de deterioro –algunas realmente en avanzado abandono, que podría juzgarse irrecuperable-, aún se nota mucho por hacer.
Virtuales ruinas que mantienen rejas coloniales comparten líneas de edificación con viejas casas -de las típicas con comercio en planta baja y vivienda en los altos- rehabilitadas como pequeños bares, restaurantes, sucursales bancarias, negocios de arte y artesanías o de indumentaria. A los que se agregan una gran cantidad de hoteles boutique, espacios para oficinas o residencias para turistas.
La zona del Mercado del Puerto cuya revitalización comenzó hace más de una década, sigue su dinamismo, al igual que las cuadras fundacionales que rodean la Plaza Zabala -donde lamentablemente diferencias de criterios han resultado en la demolición de una casa colonial, sin mayor relevancia arquitectónica pero valiosa por la calidad testimonial que daba al entorno de la plaza, ya rodeado en su mayor parte de edificaciones del siglo XX- mientras que las zonas que van desde la Plaza Matriz hacia el Sur y el Oeste son todavía las mas olvidadas, en cuyas calles se mezclan obras de revitalización y signos de deterioro inmanente.
La hotelería y las oficinas son los dos rubros de mayor empuje en las acciones de revitalización, confirmando la innegable reactivación en ambos aspectos visible en la capital uruguaya por estos días y, en el caso de las obras en Ciudad Vieja, con participación crediticia de entidades privadas.
En el rubro hotelería, a la ya tradicional y pionera presencia del Radisson en la Plaza Independencia, al hacerse cargo la cadena del antiguo Victoria Plaza, se sumó el NH sobre la Rambla Sur, el Howard Johnson detrás de la 18 de Julio, y hoteles boutique que han dado nueva vida a edificios de fin del siglo XIX, como el Plaza del Virrey sobre la peatonal Sarandí, en la manzana del Cabildo, elegido para alojar visitantes académicos.
En cuanto a las oficinas, la cercanía al distrito bancario, administrativo y cultural-museístico en Ciudad Vieja ha encontrado oportunidad para espacios acotados y fuertemente caracterizados.
Lejos de estar congelada, la Ciudad Vieja montevideana se ve en movimiento, y aun con las demoliciones y sustituciones que amenazaron su identidad en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, ha logrado sobrevivir. Hoy, gracias al catálogo completo del área, es posible valorarla en su armónica diversidad.
Fuente: Areas Globales
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