Toda una zona que bordea al Parque Lezama, muy cerca de la triple frontera entre San Telmo, Barracas y La Boca, está viviendo un auge de emprendimientos residenciales que sin duda la convertirán en un nuevo polo de atracción. A este rincón hasta hace poco ignorado de Buenos Aires se mudó desde enero casi una decena de reparticiones del Gobierno porteño ubicadas antes en el Edificio del Plata: algunas al Palacio Lezama (ex fábrica Canale) y otras a un edificio de la calle Dr. Enrique Finochietto al 400.
Pero ya desde varios años antes, en la avenida Caseros –reconvertida en bulevar– está creciendo un polo gastronómico boutique que también trajo nuevos aires. Justo allí, en el terreno que ocupa hoy un galpón de la empresa OCASA, se planea construir lo que quizás sea el emprendimiento inmobiliario más ambicioso que conoció el barrio en toda su historia: Astor San Telmo, de la desarrolladora TGLT, un proyecto de usos mixtos con locales comerciales a la calle en la totalidad de su perímetro.
Aunque aún no fue lanzado ofi- cialmente, y por lo tanto se desconocen datos sobre superficies e inversión, se sabe que el edificio bajo ocupará casi la mitad de una manzana, completando el tejido sobre una cuadra entera sobre Caseros, y dos medias cuadras sobre las calles Bolívar y Perú. El proyecto arquitectónico del Estudio Aisenson, y, según las primeras imágenes dadas a conocer, recuerda al Palacio Bellini, en Palermo.
A una escala muy menor, pero de un target elevado, casi en la esquina de Caseros y Bolívar, ya se terminó y aún se comercializa La Editorial, complejo de lofts y estudios en un viejo edificio industrial que fue reciclado por el estudio Lopatin, con desarrollo de Hernán Baskin. Sus unidades se venden a valores desde 3.000 US$/M2.
En la misma manzana, pero sobre la calle Defensa y justo frente al parque, acaba de desembarcar la desarrolladora G&D con la compra de un terreno con capacidad para construir 1.500 m2 vendibles. En el sitio se con un edificio patrimonial frente al Parque Lezama. El proyecto, un edificio residencial, tendrá que conservar la construc- ción existente, pero podrá crecer en altura hacia el fondo, con un total de 1.500 m2. El proyecto deberá respetar la volumetría de una casa, antigua pero sin protección patrimonial; y podrá elevarse pegándose a las medianeras hacia el fondo. Con una inversión total de $ 50 M ($ 10 M por el terreno), calculan vender a 40.000 $/m2.
“Hoy es una de las zonas más calientes, pero todavía le falta desarrollo, así que es el momento justo para llegar, antes de que se vaya a las nubes”, opina Daniel Mintzer, socio de G&D. Todo dicho.
Fuente: Press Reader
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