lunes, 2 de abril de 2012

Asignatura pendiente

Los bancos explican que no prestan a largo plazo porque reciben depósitos a corto. Prefieren cobrar elevadas tasas por el financiamiento al consumo vía tarjetas de crédito o por descuento de documentos a empresas.


Las secuelas del corralito de 2001 en el crédito todavía se siguen sintiendo. En general, los bancos, volcados a los negocios de corto plazo, conti-núan sin atender el segmento de préstamos de largo plazo. El argumento que esgrimen es que el plazo a los que accede el público para sus depósitos es a corto. Sin embargo, el nivel de colocaciones evidencia un ritmo constante de crecimiento, lo que permite plantear un horizonte crediticio holgado. Otra justificación de los banqueros es la falta de demanda. En este caso, la tasa de interés que cobran es elevada, desalentándola. El Banco Central buscará, con los nuevos instrumentos con que contará a partir de la reforma de su Carta Orgánica, redireccionar el crédito.

Entre las líneas de largo plazo, se destacan los préstamos productivos y los hipotecarios. Los primeros son asistidos mediante subsidios oficiales, dado que los bancos por su cuenta no vuelcan recursos a este segmento. En el caso de los hipotecarios, están lejos de satisfacer los requerimientos de los potenciales clientes. El anuncio en estos días de dos nuevas líneas en el mercado –Banco de Córdoba y el Hipotecario– estimuló el interés del público, evidenciando que no se trata de una cuestión de falta de demanda, sino de oferta, que es reducida y concentrada. Según la información del Central del primer trimestre de año, sólo 18 bancos ofrecen créditos hipotecarios, de los cuales siete son regionales. Incluso, muchos ni siquiera los publican en sus páginas web.

La solidez que muestran los indicadores del sistema tampoco justifica la morosidad a la hora de prestar. La liquidez se encuentra en sus máximos históricos, el apalancamiento y la mora están en sus mínimos, mientras que el monto de ganancias supera records anualmente. Los resultados que exhiben sus balances se basan en casi su totalidad en negocios transaccionales –préstamos al consumo y tarjetas– y a colocación en títulos públicos. Bajo ese contexto, la diferencia entre la tasa pasiva (por depósitos) y activa (préstamos) es elevada. Una colocación minorista ofrece un retorno promedio de 12,5 por ciento contra un 22 por ciento que es la tasa para un crédito hipotecario a quince o veinte años. La intención oficial de aplicar encajes diferenciados para redireccionar el crédito buscará achicar esa brecha. El organismo monetario también podrá establecer límites en las tasas.

Para el público hoy existen pocas opciones. El tomador de crédito prefiere la tasa fija, principalmente cuando se trata de plazos a más de diez años, a un costo elevado. La tasa fija más baja es la de la línea que anunció la semana pasada el Hipotecario, pero es sólo para construcción: 15,9 por ciento nominal, con un costo financiero total que ronda el 23. Si bien los bancos incentivan ese tipo de créditos aduciendo que la inflación y la suba de los salarios permitirá licuar una buena parte de la cuota, el pago inicial es un obstáculo. Algunos bancos, como el Ciudad, el Provincia o el Nación, ofrecen una tasa escalonada para hacer más asequible el ingreso, pero poco mejora la relación cuota-ingreso, a lo que se suma el porcentaje que se presta, entre 70 y 80 por ciento del total de la operación. Para la compra de una vivienda se requiere un ahorro de no menos de 100 mil pesos.

Pese a estas condiciones poco favorables, la demanda de crédito sigue creciendo. Por caso, el Banco Nación, que lidera el segmento de créditos hipotecarios, informó que en los últimos dos años viene colocando entre 40 y 45 millones de pesos semanales. Por su parte, el vicepresidente del Banco Hipotecario, Mario Blejer, reconoció que la entidad recibió muchas consultas.

Fuente: Pagina 12

Link: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/28-5908-2012-04-01.html

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lunes, 2 de abril de 2012

Asignatura pendiente

Los bancos explican que no prestan a largo plazo porque reciben depósitos a corto. Prefieren cobrar elevadas tasas por el financiamiento al consumo vía tarjetas de crédito o por descuento de documentos a empresas.


Las secuelas del corralito de 2001 en el crédito todavía se siguen sintiendo. En general, los bancos, volcados a los negocios de corto plazo, conti-núan sin atender el segmento de préstamos de largo plazo. El argumento que esgrimen es que el plazo a los que accede el público para sus depósitos es a corto. Sin embargo, el nivel de colocaciones evidencia un ritmo constante de crecimiento, lo que permite plantear un horizonte crediticio holgado. Otra justificación de los banqueros es la falta de demanda. En este caso, la tasa de interés que cobran es elevada, desalentándola. El Banco Central buscará, con los nuevos instrumentos con que contará a partir de la reforma de su Carta Orgánica, redireccionar el crédito.

Entre las líneas de largo plazo, se destacan los préstamos productivos y los hipotecarios. Los primeros son asistidos mediante subsidios oficiales, dado que los bancos por su cuenta no vuelcan recursos a este segmento. En el caso de los hipotecarios, están lejos de satisfacer los requerimientos de los potenciales clientes. El anuncio en estos días de dos nuevas líneas en el mercado –Banco de Córdoba y el Hipotecario– estimuló el interés del público, evidenciando que no se trata de una cuestión de falta de demanda, sino de oferta, que es reducida y concentrada. Según la información del Central del primer trimestre de año, sólo 18 bancos ofrecen créditos hipotecarios, de los cuales siete son regionales. Incluso, muchos ni siquiera los publican en sus páginas web.

La solidez que muestran los indicadores del sistema tampoco justifica la morosidad a la hora de prestar. La liquidez se encuentra en sus máximos históricos, el apalancamiento y la mora están en sus mínimos, mientras que el monto de ganancias supera records anualmente. Los resultados que exhiben sus balances se basan en casi su totalidad en negocios transaccionales –préstamos al consumo y tarjetas– y a colocación en títulos públicos. Bajo ese contexto, la diferencia entre la tasa pasiva (por depósitos) y activa (préstamos) es elevada. Una colocación minorista ofrece un retorno promedio de 12,5 por ciento contra un 22 por ciento que es la tasa para un crédito hipotecario a quince o veinte años. La intención oficial de aplicar encajes diferenciados para redireccionar el crédito buscará achicar esa brecha. El organismo monetario también podrá establecer límites en las tasas.

Para el público hoy existen pocas opciones. El tomador de crédito prefiere la tasa fija, principalmente cuando se trata de plazos a más de diez años, a un costo elevado. La tasa fija más baja es la de la línea que anunció la semana pasada el Hipotecario, pero es sólo para construcción: 15,9 por ciento nominal, con un costo financiero total que ronda el 23. Si bien los bancos incentivan ese tipo de créditos aduciendo que la inflación y la suba de los salarios permitirá licuar una buena parte de la cuota, el pago inicial es un obstáculo. Algunos bancos, como el Ciudad, el Provincia o el Nación, ofrecen una tasa escalonada para hacer más asequible el ingreso, pero poco mejora la relación cuota-ingreso, a lo que se suma el porcentaje que se presta, entre 70 y 80 por ciento del total de la operación. Para la compra de una vivienda se requiere un ahorro de no menos de 100 mil pesos.

Pese a estas condiciones poco favorables, la demanda de crédito sigue creciendo. Por caso, el Banco Nación, que lidera el segmento de créditos hipotecarios, informó que en los últimos dos años viene colocando entre 40 y 45 millones de pesos semanales. Por su parte, el vicepresidente del Banco Hipotecario, Mario Blejer, reconoció que la entidad recibió muchas consultas.

Fuente: Pagina 12

Link: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/28-5908-2012-04-01.html

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