El predicador inmobiliario avisa: "El boom nunca volverá"
José Luis Jimeno, presidente de la consultora inmobiliaria Noteges, asegura que el boom inmobiliaria ha desaparecido de España para siempre.
En el barrio sevillano de Triana hay un bar en el que cuelga un cartel que dice: "Prohibido hablar de la cosa". Pero José Luis Jimeno (Sevilla, 1964), presidente de la consultora inmobiliaria Noteges, sí habla de la cosa, es decir, de la crisis. Y lo hace ante uno de los colectivos que con más crudeza está viviendo la situación de depresión económica: los agentes inmobiliarios, los vendedores de casas.
Su compañía organiza cada año convenciones que reúnen a cientos de vendedores. Empleando tácticas aprendidas en Estados Unidos -"me he leído todos los manuales de autoayuda y de venta de casas publicados en Estados Unidos, y cada vez que puedo voy allí a congresos inmobiliarios", dice-, Jimeno aparenta ser uno de esos predicadores estadounidenses que lleva al éxtasis a sus fieles seguidores. "No somos ninguna secta", subraya.
Se apagan las luces. Suena a todo meter la música de la película de Rocky. Y_entra en la sala el expresidente del Gobierno José María Aznar. El público, cientos de agentes inmobiliarios, vestidos con quimonos de kárate color negro, se vuelve loco. Jimeno sonríe. "Cuando ayer algunos amigos me preguntaban qué iba a hacer el fin de semana les dije: tengo una convención de agentes de propiedad inmobiliaria; eso es una especie en extinción ¿no?, me dijeron. Por eso vengo, para dar ánimos", empezó diciendo Aznar. "¡Presidente, presidente!", coreó el público.
Eso ocurrió el año pasado en la convención que Noteges organizó en Madrid. Este año acudió otro influyente y reconocido personaje, Rodrigo Rato, presidente de Bankia y ministro de Economía con Aznar, al congreso de la empresa, celebrado en enero. El título de la convención era Formación tortuga, en referencia a la formación empleada por el ejército del Imperio Romano. "Creo que Julio César ha sido uno de los personajes más influyentes de la historia", dice Jimeno, que aclara que no va a decir cuánto paga a personas tan conocidas para acudir a sus conferencias, a las que también han asistido, entre otros, el exdirectivo del Real Madrid Jorge Valdano o el presidente de Google en España, Javier Rodríguez Zapatero.
Jimeno tiene su propia teoría de la crisis inmobiliaria. En su opinión, la clave es el factor demográfico. "Los españoles del baby boom fuimos en masa a la mili, después a la universidad y después a comprar casa", dice. "Pero eso se acabó, la tasa de nacimientos en España se ha estancado, el boom nunca volverá", advierte. En 1987, Jimeno empezó su carrera profesional como agente inmobiliario. Desde entonces "me he arruinado dos veces, pero de verdad, de no tener ni pan de sándwich en la nevera", asegura. "Me preguntaban cuál era mi trabajo y respondía: trabajo para el banco".
Al frente de su agencia, Jimeno se ha ido haciendo con un dossier de vivienda en España, que ha informatizado. En esa información -qué, dónde, cuándo y a qué precio se ha vendido tal casa de tal barrio de tal ciudad- basa su negocio: vende a las agencias inmobiliarias, por 600 euros al mes, sus estadísticas. Un producto que ofrecen otras consultoras y agencias de información. Pero Noteges lo adorna con sus espectaculares convenciones y la personalidad de Jimeno. "La crisis nos ha venido bien", dice. "Antes todo el mundo vendía, la explosión de demanda suplía las carencias de los vendedores, pero eso ya no vale". Noteges busca expandirse por Latinoamérica; acaba de abrir en México.
Ocurrió en la última convención de Noteges en Madrid, en enero: se apagan las luces. Un grupo de hombres y mujeres con escudos de romanos aparece en el auditorio. De fondo suena la banda sonora de Gladiator. Hacen la formación tortuga (agachados, parapetados en los escudos). De repente se encienden las luces, cambia la música, suena un tema de baile a todo volumen. Tiran los escudos por el aire y se ponen a bailar. El público les sigue. Aparece Jimeno, serio, solemne. Se apagan las luces y suena de nuevo Gladiator. En las pantallas, de fondo, un barco remonta las olas de la mar agitada. "¡Esto no es un juego amigos, y si lo es, lo es de gladiadores, un juego a vida o muerte!".
Fuente: Cinco Dias
El predicador inmobiliario avisa: "El boom nunca volverá"
José Luis Jimeno, presidente de la consultora inmobiliaria Noteges, asegura que el boom inmobiliaria ha desaparecido de España para siempre.
En el barrio sevillano de Triana hay un bar en el que cuelga un cartel que dice: "Prohibido hablar de la cosa". Pero José Luis Jimeno (Sevilla, 1964), presidente de la consultora inmobiliaria Noteges, sí habla de la cosa, es decir, de la crisis. Y lo hace ante uno de los colectivos que con más crudeza está viviendo la situación de depresión económica: los agentes inmobiliarios, los vendedores de casas.
Su compañía organiza cada año convenciones que reúnen a cientos de vendedores. Empleando tácticas aprendidas en Estados Unidos -"me he leído todos los manuales de autoayuda y de venta de casas publicados en Estados Unidos, y cada vez que puedo voy allí a congresos inmobiliarios", dice-, Jimeno aparenta ser uno de esos predicadores estadounidenses que lleva al éxtasis a sus fieles seguidores. "No somos ninguna secta", subraya.
Se apagan las luces. Suena a todo meter la música de la película de Rocky. Y_entra en la sala el expresidente del Gobierno José María Aznar. El público, cientos de agentes inmobiliarios, vestidos con quimonos de kárate color negro, se vuelve loco. Jimeno sonríe. "Cuando ayer algunos amigos me preguntaban qué iba a hacer el fin de semana les dije: tengo una convención de agentes de propiedad inmobiliaria; eso es una especie en extinción ¿no?, me dijeron. Por eso vengo, para dar ánimos", empezó diciendo Aznar. "¡Presidente, presidente!", coreó el público.
Eso ocurrió el año pasado en la convención que Noteges organizó en Madrid. Este año acudió otro influyente y reconocido personaje, Rodrigo Rato, presidente de Bankia y ministro de Economía con Aznar, al congreso de la empresa, celebrado en enero. El título de la convención era Formación tortuga, en referencia a la formación empleada por el ejército del Imperio Romano. "Creo que Julio César ha sido uno de los personajes más influyentes de la historia", dice Jimeno, que aclara que no va a decir cuánto paga a personas tan conocidas para acudir a sus conferencias, a las que también han asistido, entre otros, el exdirectivo del Real Madrid Jorge Valdano o el presidente de Google en España, Javier Rodríguez Zapatero.
Jimeno tiene su propia teoría de la crisis inmobiliaria. En su opinión, la clave es el factor demográfico. "Los españoles del baby boom fuimos en masa a la mili, después a la universidad y después a comprar casa", dice. "Pero eso se acabó, la tasa de nacimientos en España se ha estancado, el boom nunca volverá", advierte. En 1987, Jimeno empezó su carrera profesional como agente inmobiliario. Desde entonces "me he arruinado dos veces, pero de verdad, de no tener ni pan de sándwich en la nevera", asegura. "Me preguntaban cuál era mi trabajo y respondía: trabajo para el banco".
Al frente de su agencia, Jimeno se ha ido haciendo con un dossier de vivienda en España, que ha informatizado. En esa información -qué, dónde, cuándo y a qué precio se ha vendido tal casa de tal barrio de tal ciudad- basa su negocio: vende a las agencias inmobiliarias, por 600 euros al mes, sus estadísticas. Un producto que ofrecen otras consultoras y agencias de información. Pero Noteges lo adorna con sus espectaculares convenciones y la personalidad de Jimeno. "La crisis nos ha venido bien", dice. "Antes todo el mundo vendía, la explosión de demanda suplía las carencias de los vendedores, pero eso ya no vale". Noteges busca expandirse por Latinoamérica; acaba de abrir en México.
Ocurrió en la última convención de Noteges en Madrid, en enero: se apagan las luces. Un grupo de hombres y mujeres con escudos de romanos aparece en el auditorio. De fondo suena la banda sonora de Gladiator. Hacen la formación tortuga (agachados, parapetados en los escudos). De repente se encienden las luces, cambia la música, suena un tema de baile a todo volumen. Tiran los escudos por el aire y se ponen a bailar. El público les sigue. Aparece Jimeno, serio, solemne. Se apagan las luces y suena de nuevo Gladiator. En las pantallas, de fondo, un barco remonta las olas de la mar agitada. "¡Esto no es un juego amigos, y si lo es, lo es de gladiadores, un juego a vida o muerte!".
Fuente: Cinco Dias
No hay comentarios:
Publicar un comentario