martes, 22 de septiembre de 2015

Murales + identidad

Los murales urbanos no son solo obras artísticas, sino que reflejan el pulso ciudadano y comunitario de la zona en donde se encuentran. Se trata de una experiencia colectiva, en la que participan artistas y vecinos.


La importancia y la trascendencia de los murales urbanos radica en que expresan en forma contundente e inequívoca que el lugar donde se encuentran tiene un pulso ciudadano y comunitario. La vitalidad que reflejan a través de sus colores y formas diversas dan cuenta de la identidad plástica-espacial-arquitectónica de esa comunidad que lo creó.

Los murales urbanos se ubican en lugares públicos o semipúblicos y se constituyen como un elemento importante en la conformación y cualificación del espacio, son transmisores de la comunicación. Son manifestaciones que acercan el arte a la gente, que ponen a la comunidad en contacto directo con artistas, lo cual no solo los enriquece espiritualmente sino que, además, mejora la calidad de vida de la zona en la que viven.

Hace años que trabajo en el arte de realizar murales figurativos. En estos murales siempre existe un tema que funciona como hilo conductor, relacionado con ese lugar, con su gente o con su historia. Muchas veces elijo mis propios temas y otras veces van en línea con el pedido de la comunidad (el municipio, una escuela, un comedor). La técnica que utilizo es la del “trencadis catalán” que consiste en ir dibujando sobre la superficie y luego colocar pequeñas piezas de cerámica o azulejos partidos para conformar la obra final.

Siempre el mural se desarrolla de manera conjunta, ya sea con alumnos, muralistas, artistas, mosaiquistas y en muchos casos con los propios vecinos, que aprenden la técnica y la replican sobre esa pared que dejará de ser solo una pared, para transformarse en un soporte que transmite un mensaje. Pero lo más representativo de los murales urbanos es que las obras obtenidas son de todos, porque las hace la gente. Cada uno coloca su pieza, su aporte, y así de manera conjunta y coordinada se llega al resultado final.

La confección de los murales es mucho más que un hecho artístico. Es una experiencia colectiva. La realización de cada obra incluye días de trabajo, mateadas y un montón de vivencias que nos enriquecen como artistas y como personas, con el objetivo de embellecer ese lugar.

Además, los murales son federales, están distribuidos por toda la geografía de nuestro país.

Un viaje a Barcelona y el contacto directo con el trencadis catalán y la obra Gaudí, despertaron mi interés por esta técnica. Así comencé a diseñar los murales en el barrio del Cerro de Montevideo y empecé a usar bancos y mesas de azulejos partidos en asados con amigos.

Hoy tengo cientos de obras realizadas bajo esta técnica. Una muy representativa, tal vez por su extensión, y por ser la primera realizada en el marco del programa PISO (Plan de Infraestructura Solidario) de la empresa Weber Saint-Gobain, es la ubicada en Morón. El contexto de este mural es un espacio urbano singular conformado por dos puentes superpuestos, uno vehicular y otro ferroviario. En los muros se desarrolla la historia del Camino Real, elemento importantísimo en la vida del Municipio del Oeste. Incluye 4 paños que en sus 100 m2 cuentan los “Tiempos Antiguos”, “La Colonia”, “El progreso” y “Los Tiempos Modernos”.

Otra obra que me dio mucha satisfacción es el mural en el Barrio Mitre, gestado por “Las Madres en Lucha contra el paco”, el Dr. Tito Ypas y la empresa Weber Saint- Gobain. Esa obra fue dirigida y realizada por nuestro Taller de murales, y participaron madres, vecinos y alumnos de la Escuela N° 21 de Saavedra.

El mural da cuenta de la historia del Barrio Mitre desde su inicio en 1957 y su apogeo hasta la década del 90, cuando con motivo del desempleo y la droga se convirtió en un barrio violento. Grafica también la lucha solidaria actual para revertir la situación, convirtiendo al barrio en un lugar de vida segura.

Muchas veces definí a los murales urbanos como “paredes que hablan”, que transmiten emociones y sensaciones, como las que experimento antes de cada obra: ese cosquilleo por algo que se está gestando, las ganas de empezar y la euforia de verlo termi-nado. Por eso, “Paredes que hablan” es también el título de uno de los libros que recopila mis obras. En él, hay imágenes de varios paneles con una decena de gigantografías donde se puede apreciar desde el banco gaudiano hasta frentes de casas y pinturas realizadas con técnicas mixtas. En 2015 se cumplen diez años del mural del túnel de Morón y también del programa de recupero de espacios públicos en base al arte que fomenta Weber Saint-Gobain, con quienes trabajo hace mucho tiempo. Las cifras son abrumadoras:- desde la implementación de este programa, más de 70 artistas hemos realizado más de 500 murales. Participaron más de 700 voluntarios, 40 fundaciones, 100 distribuidores y las fábricas de cerámicos del país. Ciudades como Buenos Aires, Salta, Córdoba, Chaco, Bariloche, Miramar y, en poco tiempo, también la Antártida, son algunos de los lugares donde están estas obras. Sin el trabajo conjunto, no hubiese sido posible este desafío que le cambia la realidad a comunidades de toda la Argentina.

Fuente: Clarín 

Link: http://arq.clarin.com/urbano/Murales-identidad_0_1418858625.html 

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martes, 22 de septiembre de 2015

Murales + identidad

Los murales urbanos no son solo obras artísticas, sino que reflejan el pulso ciudadano y comunitario de la zona en donde se encuentran. Se trata de una experiencia colectiva, en la que participan artistas y vecinos.


La importancia y la trascendencia de los murales urbanos radica en que expresan en forma contundente e inequívoca que el lugar donde se encuentran tiene un pulso ciudadano y comunitario. La vitalidad que reflejan a través de sus colores y formas diversas dan cuenta de la identidad plástica-espacial-arquitectónica de esa comunidad que lo creó.

Los murales urbanos se ubican en lugares públicos o semipúblicos y se constituyen como un elemento importante en la conformación y cualificación del espacio, son transmisores de la comunicación. Son manifestaciones que acercan el arte a la gente, que ponen a la comunidad en contacto directo con artistas, lo cual no solo los enriquece espiritualmente sino que, además, mejora la calidad de vida de la zona en la que viven.

Hace años que trabajo en el arte de realizar murales figurativos. En estos murales siempre existe un tema que funciona como hilo conductor, relacionado con ese lugar, con su gente o con su historia. Muchas veces elijo mis propios temas y otras veces van en línea con el pedido de la comunidad (el municipio, una escuela, un comedor). La técnica que utilizo es la del “trencadis catalán” que consiste en ir dibujando sobre la superficie y luego colocar pequeñas piezas de cerámica o azulejos partidos para conformar la obra final.

Siempre el mural se desarrolla de manera conjunta, ya sea con alumnos, muralistas, artistas, mosaiquistas y en muchos casos con los propios vecinos, que aprenden la técnica y la replican sobre esa pared que dejará de ser solo una pared, para transformarse en un soporte que transmite un mensaje. Pero lo más representativo de los murales urbanos es que las obras obtenidas son de todos, porque las hace la gente. Cada uno coloca su pieza, su aporte, y así de manera conjunta y coordinada se llega al resultado final.

La confección de los murales es mucho más que un hecho artístico. Es una experiencia colectiva. La realización de cada obra incluye días de trabajo, mateadas y un montón de vivencias que nos enriquecen como artistas y como personas, con el objetivo de embellecer ese lugar.

Además, los murales son federales, están distribuidos por toda la geografía de nuestro país.

Un viaje a Barcelona y el contacto directo con el trencadis catalán y la obra Gaudí, despertaron mi interés por esta técnica. Así comencé a diseñar los murales en el barrio del Cerro de Montevideo y empecé a usar bancos y mesas de azulejos partidos en asados con amigos.

Hoy tengo cientos de obras realizadas bajo esta técnica. Una muy representativa, tal vez por su extensión, y por ser la primera realizada en el marco del programa PISO (Plan de Infraestructura Solidario) de la empresa Weber Saint-Gobain, es la ubicada en Morón. El contexto de este mural es un espacio urbano singular conformado por dos puentes superpuestos, uno vehicular y otro ferroviario. En los muros se desarrolla la historia del Camino Real, elemento importantísimo en la vida del Municipio del Oeste. Incluye 4 paños que en sus 100 m2 cuentan los “Tiempos Antiguos”, “La Colonia”, “El progreso” y “Los Tiempos Modernos”.

Otra obra que me dio mucha satisfacción es el mural en el Barrio Mitre, gestado por “Las Madres en Lucha contra el paco”, el Dr. Tito Ypas y la empresa Weber Saint- Gobain. Esa obra fue dirigida y realizada por nuestro Taller de murales, y participaron madres, vecinos y alumnos de la Escuela N° 21 de Saavedra.

El mural da cuenta de la historia del Barrio Mitre desde su inicio en 1957 y su apogeo hasta la década del 90, cuando con motivo del desempleo y la droga se convirtió en un barrio violento. Grafica también la lucha solidaria actual para revertir la situación, convirtiendo al barrio en un lugar de vida segura.

Muchas veces definí a los murales urbanos como “paredes que hablan”, que transmiten emociones y sensaciones, como las que experimento antes de cada obra: ese cosquilleo por algo que se está gestando, las ganas de empezar y la euforia de verlo termi-nado. Por eso, “Paredes que hablan” es también el título de uno de los libros que recopila mis obras. En él, hay imágenes de varios paneles con una decena de gigantografías donde se puede apreciar desde el banco gaudiano hasta frentes de casas y pinturas realizadas con técnicas mixtas. En 2015 se cumplen diez años del mural del túnel de Morón y también del programa de recupero de espacios públicos en base al arte que fomenta Weber Saint-Gobain, con quienes trabajo hace mucho tiempo. Las cifras son abrumadoras:- desde la implementación de este programa, más de 70 artistas hemos realizado más de 500 murales. Participaron más de 700 voluntarios, 40 fundaciones, 100 distribuidores y las fábricas de cerámicos del país. Ciudades como Buenos Aires, Salta, Córdoba, Chaco, Bariloche, Miramar y, en poco tiempo, también la Antártida, son algunos de los lugares donde están estas obras. Sin el trabajo conjunto, no hubiese sido posible este desafío que le cambia la realidad a comunidades de toda la Argentina.

Fuente: Clarín 

Link: http://arq.clarin.com/urbano/Murales-identidad_0_1418858625.html 

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