domingo, 19 de enero de 2014

La resiliencia como estrategia urbana

El autor sostiene que aún con dificultades económicas, las ciudades deben invertir en soluciones tecnológicas que puedan minimizar el impacto de los desastres naturales, cada vez más frecuentes a nivel global.


Es sabido que los daños causados por catástrofes naturales han aumentando drásticamente en los últimos años a nivel global. En 2012, los costos de estos daños ascendieron a aproximadamente 160 mil millones de dólares. Con poblaciones cada vez más densas, las ciudades son extremadamente vulnerables a los peligros naturales. La tormenta Sandy, por ejemplo, fue responsable de daños por cerca de 50 mil millones de dólares, principalmente en el área metropolitana de Nueva York. Sin ir más lejos, los daños humanos y materiales causados en nuestro país por las inundaciones confirman lamentablemente esta tendencia amenazante.

Para entender y explicar cómo las ciudades pueden protegerse mejor contra desastres naturales, Siemens ha unido fuerzas con la Asociación del Plan Regional (RPA) y la consultora ARUP a fin de elaborar un estudio global sobre infraestructuras urbanas resilientes. Los primeros resultados de este estudio, que aún está en elaboración, dan cuenta que la tecnología es un componente clave como protección.

Las primeras conclusiones sugieren que las ciudades deben considerar su capacidad de resiliencia en todos los aspectos de la planificación, inversión y ciclos de mantenimiento, ya que esto reduciría los posibles daños, mejoraría la productividad, crearía un lugar más seguro para vivir y ahorraría dinero. Esperamos que este estudio permita ayudar a los responsables a reconocer debilidades actuales es sus respectivas ciudades y tomar las mejores decisiones de cara al futuro. Incluso en tiempos de dificultades económicas, las ciudades deberían invertir de manera eficiente, reduciendo al mínimo los riesgos y haciéndolos calculables, en pos de una ciudad mejor protegida y al mismo tiempo más eficiente y fiable.
Soluciones tecnológicas como las redes inteligentes de energía, de automatización para ferrocarriles, gestión del tráfico y de edificios, por ejemplo, contribuyen a minimizar el impacto que pueden provocar estos crecientes peligros naturales.

El foco está en disponer de una infraestructura tecnológica que permita, a partir de aspectos tales como robustez, redundancia, diversidad, descentralización y flexibilidad, minimizar las interrupciones de servicio y/o brindar capacidad de restaurar las funcionalidades básicas en el menor tiempo posible.

Las ciudades y las zonas urbanas están compuestas por densos y complejos sistemas de servicios interconectados; y como tales, están expuestos a un gran número de potenciales problemas que pueden contribuir al riesgo de desastres.

Esta necesidad de invertir en infraestructuras resilientes se está incrementando debido a los riesgos crecientes planteados por los fenómenos climáticos extremos. En los últimos años la frecuencia y la fuerza de los desastres naturales aumentaron considerablemente. Según la Organización de las Naciones Unidas, el número de riesgo de desastres en la primera década del nuevo milenio es más del doble de lo que fue entre 1980 y 1989. Muchos expertos atribuyen el aumento de los desastres naturales al cambio climático.

Pero independientemente de las causas, la realidad nos indica que debemos trabajar conjuntamente detrás una clara estrategia para que el impacto socioeconómico de estos eventos naturales sea menor año a año. La resiliencia y la reducción del riesgo de desastres deben formar parte del diseño y estrategias urbanas para lograr un desarrollo sostenible. Se necesitan alianzas sólidas, y creemos en esto todos podemos colaborar, desde las organizaciones no gubernamentales hasta el sector privado. Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y la tendencia es creciente, por lo que lograr que nuestras ciudades sean más seguras es un reto que debemos afrontar. Y la realidad es que no hay tiempo que perder, ya que están en juego ni más ni menos que las vidas y los bienes de ciudadanos en muchas regiones del mundo, incluido por supuesto nuestro país.

Una ciudad resiliente es un conglomerado urbano con un nivel de infraestructura que la vuelve capaz de enfrentar situaciones fuera de lo normal… como puede ser una catástrofe natural, desafíos demográficos extremos o de seguridad. En esencia, es una ciudad capaz de sobrellevar eventos conmocionantes sin interrumpir sus servicios básicos, asimilar esos hechos y volver a crecer con más fortaleza.
El pensamiento resiliente comprende la complejidad en la que opera el sistema y el grado de incertidumbre que existe en cualquier pronóstico. Es un modo de ver la realidad que permite elaborar estrategias para reducir riesgos y también una inversión en el tiempo para garantizar un futuro más seguro y sostenible.

Las ciudades resilientes son capaces de continuar sus actividades en medio de eventos disruptivos. Estas urbes tienen una estrategia proactiva para asegurar que seguirán siendo atractivas para sus ciudadanos y para las inversiones, de modo de sostener sus niveles de crecimiento y prosperidad aún en entornos adversos.

Fuente: Arq Clarin

Link: http://arq.clarin.com/urbano/resiliencia-estrategia-urbana_0_990501437.html

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domingo, 19 de enero de 2014

La resiliencia como estrategia urbana

El autor sostiene que aún con dificultades económicas, las ciudades deben invertir en soluciones tecnológicas que puedan minimizar el impacto de los desastres naturales, cada vez más frecuentes a nivel global.


Es sabido que los daños causados por catástrofes naturales han aumentando drásticamente en los últimos años a nivel global. En 2012, los costos de estos daños ascendieron a aproximadamente 160 mil millones de dólares. Con poblaciones cada vez más densas, las ciudades son extremadamente vulnerables a los peligros naturales. La tormenta Sandy, por ejemplo, fue responsable de daños por cerca de 50 mil millones de dólares, principalmente en el área metropolitana de Nueva York. Sin ir más lejos, los daños humanos y materiales causados en nuestro país por las inundaciones confirman lamentablemente esta tendencia amenazante.

Para entender y explicar cómo las ciudades pueden protegerse mejor contra desastres naturales, Siemens ha unido fuerzas con la Asociación del Plan Regional (RPA) y la consultora ARUP a fin de elaborar un estudio global sobre infraestructuras urbanas resilientes. Los primeros resultados de este estudio, que aún está en elaboración, dan cuenta que la tecnología es un componente clave como protección.

Las primeras conclusiones sugieren que las ciudades deben considerar su capacidad de resiliencia en todos los aspectos de la planificación, inversión y ciclos de mantenimiento, ya que esto reduciría los posibles daños, mejoraría la productividad, crearía un lugar más seguro para vivir y ahorraría dinero. Esperamos que este estudio permita ayudar a los responsables a reconocer debilidades actuales es sus respectivas ciudades y tomar las mejores decisiones de cara al futuro. Incluso en tiempos de dificultades económicas, las ciudades deberían invertir de manera eficiente, reduciendo al mínimo los riesgos y haciéndolos calculables, en pos de una ciudad mejor protegida y al mismo tiempo más eficiente y fiable.
Soluciones tecnológicas como las redes inteligentes de energía, de automatización para ferrocarriles, gestión del tráfico y de edificios, por ejemplo, contribuyen a minimizar el impacto que pueden provocar estos crecientes peligros naturales.

El foco está en disponer de una infraestructura tecnológica que permita, a partir de aspectos tales como robustez, redundancia, diversidad, descentralización y flexibilidad, minimizar las interrupciones de servicio y/o brindar capacidad de restaurar las funcionalidades básicas en el menor tiempo posible.

Las ciudades y las zonas urbanas están compuestas por densos y complejos sistemas de servicios interconectados; y como tales, están expuestos a un gran número de potenciales problemas que pueden contribuir al riesgo de desastres.

Esta necesidad de invertir en infraestructuras resilientes se está incrementando debido a los riesgos crecientes planteados por los fenómenos climáticos extremos. En los últimos años la frecuencia y la fuerza de los desastres naturales aumentaron considerablemente. Según la Organización de las Naciones Unidas, el número de riesgo de desastres en la primera década del nuevo milenio es más del doble de lo que fue entre 1980 y 1989. Muchos expertos atribuyen el aumento de los desastres naturales al cambio climático.

Pero independientemente de las causas, la realidad nos indica que debemos trabajar conjuntamente detrás una clara estrategia para que el impacto socioeconómico de estos eventos naturales sea menor año a año. La resiliencia y la reducción del riesgo de desastres deben formar parte del diseño y estrategias urbanas para lograr un desarrollo sostenible. Se necesitan alianzas sólidas, y creemos en esto todos podemos colaborar, desde las organizaciones no gubernamentales hasta el sector privado. Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y la tendencia es creciente, por lo que lograr que nuestras ciudades sean más seguras es un reto que debemos afrontar. Y la realidad es que no hay tiempo que perder, ya que están en juego ni más ni menos que las vidas y los bienes de ciudadanos en muchas regiones del mundo, incluido por supuesto nuestro país.

Una ciudad resiliente es un conglomerado urbano con un nivel de infraestructura que la vuelve capaz de enfrentar situaciones fuera de lo normal… como puede ser una catástrofe natural, desafíos demográficos extremos o de seguridad. En esencia, es una ciudad capaz de sobrellevar eventos conmocionantes sin interrumpir sus servicios básicos, asimilar esos hechos y volver a crecer con más fortaleza.
El pensamiento resiliente comprende la complejidad en la que opera el sistema y el grado de incertidumbre que existe en cualquier pronóstico. Es un modo de ver la realidad que permite elaborar estrategias para reducir riesgos y también una inversión en el tiempo para garantizar un futuro más seguro y sostenible.

Las ciudades resilientes son capaces de continuar sus actividades en medio de eventos disruptivos. Estas urbes tienen una estrategia proactiva para asegurar que seguirán siendo atractivas para sus ciudadanos y para las inversiones, de modo de sostener sus niveles de crecimiento y prosperidad aún en entornos adversos.

Fuente: Arq Clarin

Link: http://arq.clarin.com/urbano/resiliencia-estrategia-urbana_0_990501437.html

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