Recorrido por Las Violetas, un símbolo del barrio de Almagro
Fue un pequeño susto, pero al final se trató de solamento de eso. Cuando la Confitería Las Violetas amaneció el 1 de julio de 1998 con un cartel que decía "cerrado por balance", algunos temieron lo peor. La incertidumbre se instaló en Almagro y se estiró a lo largo de tres años, hasta julio de 2001, cuando el emblemático local volvió a abrir sus puertas. Así, los vitrales se convirtieron nuevamente en parte del paisaje urbano, los mozos, de riguroso saco blanco, retomaron sus recorridos sobre el pis granítico de tres colores y los vecinos del barrio pudieron reincorporar la esquina de Medrano y Rivadavia como una parada en su itinerario, desarrollade entre cafés, masas y sandwiches de miga.
Inaugurada en 1884, Las Violetas está ubicado en Avenida Rivadavia 3899. A través de su entrada por Medrano se ingresa al salón de té y comidas, con mesas con doble mantel y sillas de madera. Por la puerta que abre a Rivadavia, se accede al sector de ventas al público. La decoración de toda la confitería es digna de observar: una boiserie que recorre el perímetro, anillos de bronce en las columnas, los vitrales de colores, los rosados mármoles italianos de los mostradores y las mesas y sillas, compradas a una casa de París.
Además de los grupos de amigos que se juntan a tomar la meriedna, las parejas que comparten un trago y las familias reunidas en torno a un almuerzo, las mesas de Las Violetas también recibieron diversos personajes de la cultura. Una de las más notorias fue Alfonsina Storni, una de las mayores poetas argentinas, autora de los libros Languidez y Ocre, quien solía sentarse a escribir y a tomar té en sus mesas. A su vez, durante muchos años, en uno de sus palcos actuaron orquestas de señoritas.
Inaugurada en 1884, Las Violetas está ubicado en Avenida Rivadavia 3899. A través de su entrada por Medrano se ingresa al salón de té y comidas, con mesas con doble mantel y sillas de madera. Por la puerta que abre a Rivadavia, se accede al sector de ventas al público. La decoración de toda la confitería es digna de observar: una boiserie que recorre el perímetro, anillos de bronce en las columnas, los vitrales de colores, los rosados mármoles italianos de los mostradores y las mesas y sillas, compradas a una casa de París.
Además de los grupos de amigos que se juntan a tomar la meriedna, las parejas que comparten un trago y las familias reunidas en torno a un almuerzo, las mesas de Las Violetas también recibieron diversos personajes de la cultura. Una de las más notorias fue Alfonsina Storni, una de las mayores poetas argentinas, autora de los libros Languidez y Ocre, quien solía sentarse a escribir y a tomar té en sus mesas. A su vez, durante muchos años, en uno de sus palcos actuaron orquestas de señoritas.
Fuente: Arq Clarin
Link: http://arq.clarin.com/patrimonio/Confiteria-Violetas-corazon-Almagro_0_1038496635.html
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