domingo, 3 de noviembre de 2013

Un nuevo mercado inmobiliario

Se abre una nueva etapa en el mercado inmobiliario español. Durante las últimas semanas hemos observado cómo aquello que parecía imposible hace un año, hoy se ha materializado. Los inversores anglosajones han visto finalmente la oportunidad en el sector inmobiliario español y los latinoamericanos, chinos y rusos empiezan a pensar que en España se pueden encontrar rendimientos interesantes.


Por otro lado, la Sareb ha materializado sus primeras ventas y el mercado inversor inmobiliario institucional parece reactivarse tímidamente. Más tarde o más temprano, lo que son meras señales se convertirán en hechos incontestables. Lo que hoy sólo afecta al mercado institucional muy probablemente beneficiará a los particulares que podrán volver a adquirir viviendas, siempre y cuando el crédito vuelva a fluir y se vean signos reales de mejora en el empleo. Tras ese lento ajuste a un nuevo mercado, volveremos a situarnos en la curva buena del ciclo.

El mercado necesita que las tímidas señales se conviertan en hechos cuanto antes y para ello debemos poner en marcha las herramientas que ayuden a que España goce de la confianza más absoluta entre los inversores internacionales. Es preciso tener en cuenta algunas consideraciones para que esto ocurra:

Transparencia. Tras los últimos años se ha ido haciendo cada vez más necesario introducir mejoras en materia de transparencia para el mercado inmobiliario. El objetivo debe ser acabar con la opacidad que da lugar a todo tipo de especulaciones y corruptelas que en el pasado dejaron más que patente sus consecuencias. La transparencia debe funcionar como elemento de control y garantía rápido y eficaz. Debe regular la información y controlar la brecha en la valoración del inmueble entre el momento en que se oferta y su venta. Una transparencia que sirva como herramienta para la lucha contra el blanqueo de capitales y en definitiva como base para regenerar esa confianza perdida en el mercado inmobiliario español. Un mercado inmobiliario transparente, estable, fiable y por tanto, atractivo para todos los que participamos en él. Para ello deben ser también imprescindibles unas reglas claras y determinadas para la correcta tasación de los inmuebles que dote a esta actividad de la máxima solvencia.

Conocimiento del mercado residencial. Se ha conseguido mucho en los últimos cuarenta años, pero sigue sin existir una visión global y de calidad del mercado inmobiliario español, unos procesos y herramientas objetivos, públicos y de fácil acceso que puedan brindar información veraz y actualizada que, además de facilitar transacciones, nos permita diagnosticar los orígenes de los profundos problemas de nuestro mercado.

Reglas de juego claras, eficientes y estables. Una profesionalización del mercado. Dependiendo de la ubicación del inmueble se aplican en España un sinfín de normativas específicas, excepciones y singularidades que hacen que se perciba el mercado como un complejo entramado normativo y burocrático de muy difícil comprensión y acceso. Por otro lado, los procesos de tramitación urbanística no terminan de ser ágiles y aunque en esta materia las administraciones han mejorado, es necesaria una menor burocracia, velando siempre por la más absoluta objetividad y transparencia.

Un marco legal, ágil, resolutivo y estable -aunque evidentemente sujeto a los cambios que se vayan precisando para su ajuste a la realidad- harán de nuestro mercado un sector predecible y, por lo tanto, fiable.

Asesoramiento especializado y profesional. En una transacción inmobiliaria actúan numerosos agentes que a veces no tienen bien delimitadas sus funciones, o bien éstas no son percibidas con claridad por los consumidores y clientes. Otras veces, el intrusismo y las malas prácticas de agentes no profesionales del sector empañan las transacciones. Tampoco es extraño encontrar a profesionales que debiendo actuar con independencia no pueden ser libremente elegidos por las partes, o se dota su elección de una falsa objetividad y de una libertad que no es tal y que queda plasmada en su quehacer que, aunque casi siempre teóricamente correcto, en la práctica coloca a una de las partes en situación de desventaja.

El abogar porque todas estas consideraciones de mejoras se conviertan en realidad en el día a día contribuirá a que volvamos a estar en el rumbo adecuado del ciclo. La labor activa de las Administraciones Públicas, de la Justicia y de todos los agentes sociales es fundamental; pero más lo es la de los actores del mercado preocupados porque el nuevo ciclo inmobiliario venidero se asiente sobre unas bases sólidas, seguras y profesionales en el largo plazo.

Fuente: El Economista

LInk: http://www.eleconomista.es/firmas/noticias/5244794/10/13/un-nuevo-mercado-inmobiliario.html

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domingo, 3 de noviembre de 2013

Un nuevo mercado inmobiliario

Se abre una nueva etapa en el mercado inmobiliario español. Durante las últimas semanas hemos observado cómo aquello que parecía imposible hace un año, hoy se ha materializado. Los inversores anglosajones han visto finalmente la oportunidad en el sector inmobiliario español y los latinoamericanos, chinos y rusos empiezan a pensar que en España se pueden encontrar rendimientos interesantes.


Por otro lado, la Sareb ha materializado sus primeras ventas y el mercado inversor inmobiliario institucional parece reactivarse tímidamente. Más tarde o más temprano, lo que son meras señales se convertirán en hechos incontestables. Lo que hoy sólo afecta al mercado institucional muy probablemente beneficiará a los particulares que podrán volver a adquirir viviendas, siempre y cuando el crédito vuelva a fluir y se vean signos reales de mejora en el empleo. Tras ese lento ajuste a un nuevo mercado, volveremos a situarnos en la curva buena del ciclo.

El mercado necesita que las tímidas señales se conviertan en hechos cuanto antes y para ello debemos poner en marcha las herramientas que ayuden a que España goce de la confianza más absoluta entre los inversores internacionales. Es preciso tener en cuenta algunas consideraciones para que esto ocurra:

Transparencia. Tras los últimos años se ha ido haciendo cada vez más necesario introducir mejoras en materia de transparencia para el mercado inmobiliario. El objetivo debe ser acabar con la opacidad que da lugar a todo tipo de especulaciones y corruptelas que en el pasado dejaron más que patente sus consecuencias. La transparencia debe funcionar como elemento de control y garantía rápido y eficaz. Debe regular la información y controlar la brecha en la valoración del inmueble entre el momento en que se oferta y su venta. Una transparencia que sirva como herramienta para la lucha contra el blanqueo de capitales y en definitiva como base para regenerar esa confianza perdida en el mercado inmobiliario español. Un mercado inmobiliario transparente, estable, fiable y por tanto, atractivo para todos los que participamos en él. Para ello deben ser también imprescindibles unas reglas claras y determinadas para la correcta tasación de los inmuebles que dote a esta actividad de la máxima solvencia.

Conocimiento del mercado residencial. Se ha conseguido mucho en los últimos cuarenta años, pero sigue sin existir una visión global y de calidad del mercado inmobiliario español, unos procesos y herramientas objetivos, públicos y de fácil acceso que puedan brindar información veraz y actualizada que, además de facilitar transacciones, nos permita diagnosticar los orígenes de los profundos problemas de nuestro mercado.

Reglas de juego claras, eficientes y estables. Una profesionalización del mercado. Dependiendo de la ubicación del inmueble se aplican en España un sinfín de normativas específicas, excepciones y singularidades que hacen que se perciba el mercado como un complejo entramado normativo y burocrático de muy difícil comprensión y acceso. Por otro lado, los procesos de tramitación urbanística no terminan de ser ágiles y aunque en esta materia las administraciones han mejorado, es necesaria una menor burocracia, velando siempre por la más absoluta objetividad y transparencia.

Un marco legal, ágil, resolutivo y estable -aunque evidentemente sujeto a los cambios que se vayan precisando para su ajuste a la realidad- harán de nuestro mercado un sector predecible y, por lo tanto, fiable.

Asesoramiento especializado y profesional. En una transacción inmobiliaria actúan numerosos agentes que a veces no tienen bien delimitadas sus funciones, o bien éstas no son percibidas con claridad por los consumidores y clientes. Otras veces, el intrusismo y las malas prácticas de agentes no profesionales del sector empañan las transacciones. Tampoco es extraño encontrar a profesionales que debiendo actuar con independencia no pueden ser libremente elegidos por las partes, o se dota su elección de una falsa objetividad y de una libertad que no es tal y que queda plasmada en su quehacer que, aunque casi siempre teóricamente correcto, en la práctica coloca a una de las partes en situación de desventaja.

El abogar porque todas estas consideraciones de mejoras se conviertan en realidad en el día a día contribuirá a que volvamos a estar en el rumbo adecuado del ciclo. La labor activa de las Administraciones Públicas, de la Justicia y de todos los agentes sociales es fundamental; pero más lo es la de los actores del mercado preocupados porque el nuevo ciclo inmobiliario venidero se asiente sobre unas bases sólidas, seguras y profesionales en el largo plazo.

Fuente: El Economista

LInk: http://www.eleconomista.es/firmas/noticias/5244794/10/13/un-nuevo-mercado-inmobiliario.html

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