El plan maestro prevé urbanizar las villas, y muchos vecinos podrían ir a las viviendas olímpicas.
La Comuna 8, esa franja amplia al Sur de la ciudad donde están los barrios de Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo, suele ser noticia debido a las tomas de tierras, pero a veces también lo es por algo positivo. Días atrás se conoció el proyecto ganador del primero de los cinco concursos para la Villa Olímpica que albergará a los atletas de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. En total, la zona sumará 1.500 viviendas que después quedarán para el barrio y serán ofrecidos a las familias mediante créditos blandos que, según se dijo, otorgará el Banco Ciudad.
Para darse una idea del impacto en el barrio, basta considerar que las moles de Lugano 1 y 2, inauguradas en la década del 70, contienen aproximadamente 1.500 departamentos cada una.
La noticia ya movilizó al mercado inmobiliario de la zona. Alberto De Seta, titular de la inmobiliaria De Seta Propiedades, opina que las obras para los Juegos tendrán gran demanda de “gente que hoy no puede acceder a su primera vivienda”.
El broker asegura que el habitante de Villa Lugano, el barrio donde está establecida su empresa, se caracteriza particular por ser sumamente “localista”. Cuenta que existe un mercado casi fijo de familias que crecen y se multiplican y, por lo general, prefieren quedarse en el barrio antes que emigrar a otros. Para atender este nicho, la misma inmobiliaria desarrolló pequeños edificios con unidades de dos y tres ambientes. “Los inversores son vecinos del barrio”, aclara.
En estos proyectos, la incidencia es de 230 o 250 US$/m2, y el precio de venta, hasta 1.700 US$/m2, que las inmobiliarias de la zona siempre calculan según la cotización blue. Pero lamenta que Villa Lugano cuente con sólo cuatro avenidas (Riestra, Cruz, Guaminí y Chilavert) en las que se puede construir en altura hasta cinco pisos, y en casos muy puntuales se llegaron a hacer diez pisos, situación que los vecinos, desarrolladores y comercializadores esperan que se modifique desde la normativa para poder densificar la zona central de la comuna.
“La demanda potencial puede ser muy importante”, concluye, ya que la zona posee buenas comunicaciones a Retiro, Constitución y el Centro –incluido el Metrobús de la avenida Chiclana/Fernández de la Cruz–, y vías de acceso vehicular igualmente rápidas.
El arquitecto Ariel Pradelli, vecino histórico de la Comuna 8 y autor de varios complejos de vivienda, asegura que en la Comuna 8 se da un fenómeno de “gentrificación al revés”, ya que no hay ricos que vayan a desplazar a la población histórica de clase media baja sino que más bien llegan nuevos habitantes provenientes de la periferia atraídos por servicios públicos como hospitales y escuelas.
Por otra parte, existe expectativa por la inminente aprobación del plan maestro de la comuna, que promueve la urbanización de villas “respetando las características diferenciales y los rasgos locales específicos”, según el proyecto de ley presentado por la legisladora Karina Spalla (Pro). Sobre esto, Pradelli opina que no basta sólo con hacer viviendas, sino proveer los servicios necesarios para la vida cotidiana. A diferencia de varios complejos habitacionales construidos en los últimos años ubicados hasta a 20 cuadras de los transportes o supermercados.
Al mismo tiempo, se apuesta a concretar la r egularización dominial de casas sobre lote propio, condominios, e incluso se arriesga la posibilidad –todavía muy “verde”, según admiten en la Corporación Buenos Aires Sur– de aplicar criterios de propiedad horizontal para subdividir los lotes donde se construyó en altura.
Fuente: Clarin
Link: http://arq.clarin.com/inmobiliario/Razones-mirar-Sur_0_1145885936.html
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