La casa más antigua de Caballito, declarada de interés cultural en 2004, se mantiene en pie a partir de acciones judiciales impulsadas por los vecinos. En Gaona 1367, a metros del Cid Campeador, la casona de estilo colonial construida en 1864 ya es un hito urbano. Jerónimo Podestá, ex obispo de Avellaneda, y su mujer Clelia Luro vivieron entre galerías, paredes de adobe y añejos paltos desde que regresaron de su exilio en Perú.
Con pórtico de columnas y revestimientos originales, la casa pasó por distintas instancias judiciales. El mes pasado, un amparo prohibió la construcción de un edificio de 10 pisos en el terreno del frente, ya que se evaluaron los daños y el peligro de derrumbe que causaría la obra en este sitio histórico. "Cuando comenzaron las excavaciones caía barro en la habitación de mi mamá", confirma Clelia Isasmendi, hija de Clelia Luro.
En tanto, ahora aguarda con ansiedad la publicación en el Boletín Oficial de la ley que convertirá a la casona en un museo histórico nacional. "Más que un sitio que acumule objetos queremos convertirlo en un espacio de reflexión, dinámico, donde las puertas estén abiertas para la discusión filosófica, religiosa y social", explica Clelia, mientras recorre los dormitorios, la cocina (sin gas natural) y los baños. Todo, en su estado original.
Ubicada en el centro de la manzana, el edificio representa un auténtico pulmón verde. "Jerónimo plantó estos árboles, que todos los años dan sus frutos, paltas redondas y ovaladas", dice la hija, actual directora del Festival Internacional de Cine Independiente cuya sede es la casona donde se gestó la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados.
"Contamos con el apoyo del Papa Francisco para que el museo sea realidad", señala Clelia que, además, recibe el apoyo de la ong S.O.S. Caballito para preservar el lugar. Mario Obybin y el arquitecto Rodolfo Fernández, de esa organización, impulsan una resolución para que el terreno donde se iba a levantar el edificio se convierta en parque. "Nuestra lucha es lograr que se reconozcan los hitos concretos de la historia reciente, las cuestiones que marcan la identidad del barrio", señalan. Y anticipan que trabajan sobre el proyecto de armar un recorrido patrimonial por Caballito.
En tanto, ahora aguarda con ansiedad la publicación en el Boletín Oficial de la ley que convertirá a la casona en un museo histórico nacional. "Más que un sitio que acumule objetos queremos convertirlo en un espacio de reflexión, dinámico, donde las puertas estén abiertas para la discusión filosófica, religiosa y social", explica Clelia, mientras recorre los dormitorios, la cocina (sin gas natural) y los baños. Todo, en su estado original.
Ubicada en el centro de la manzana, el edificio representa un auténtico pulmón verde. "Jerónimo plantó estos árboles, que todos los años dan sus frutos, paltas redondas y ovaladas", dice la hija, actual directora del Festival Internacional de Cine Independiente cuya sede es la casona donde se gestó la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados.
"Contamos con el apoyo del Papa Francisco para que el museo sea realidad", señala Clelia que, además, recibe el apoyo de la ong S.O.S. Caballito para preservar el lugar. Mario Obybin y el arquitecto Rodolfo Fernández, de esa organización, impulsan una resolución para que el terreno donde se iba a levantar el edificio se convierta en parque. "Nuestra lucha es lograr que se reconozcan los hitos concretos de la historia reciente, las cuestiones que marcan la identidad del barrio", señalan. Y anticipan que trabajan sobre el proyecto de armar un recorrido patrimonial por Caballito.
Fuente: Arq Clarin
Link: http://arq.clarin.com/patrimonio/casona-historica-Caballito-museo_0_1109889458.html
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