Los arquitectos y urbanistas frente a las inundaciones
Desde modificar el Código de Planeamiento Urbano hasta contribuir a revisar las políticas urbanas que han conformado el área metropolitana de la CABA, hay numerosas instancias donde la profesión puede colaborar para prevenir estas tragedias.
Con los reciente temporales que azotaron tanto La Plata como la Ciudad de Buenos Aires y La Plata, nuevamente quedó sobre el tapete la vulnerabilidad de las infraestructuras para resistir estos embates de la naturaleza. Los 155 milímetros que cayeron sobre la CABA representan la máxima cantidad de lluvia para un día de abril en más de un siglo, mientras que los 300 milímetros que se precipitaron en solo tres horas en la ciudad de las diagonales dejaron un saldo de al menos 46 muertos. Frente a este panorama, inevitablemente la pregunta de qué hacer para evitar este tipo de tragedias se presenta otra vez.
Es una obviedad afirmar que la labor de los arquitectos y los urbanistas entre en contacto de manera directa con los temas ambientales. La cuestión en todo caso sería determinar hasta qué punto la profesión puede contribuir a paliar estas situaciones. Para la arquitecta Magdalena Eggers, experta en normativa, el Código de Planeamiento Urbano de la CABA es obsoleto y modificar algunos de sus artículos se presenta como una tarea necesaria. "En principio, el código indica solamente dos áreas como potencialmente inundables, que son La Boca y el Bajo Belgrano. A pesar de mucha evidencia al respecto, nunca se incorporaron otras zonas (como las tierras en torno a la cuenca del Maldonado) dentro de esta categoría", explicó a ARQ. Eggers también señala que la reducción de tierra absorbente como consecuencia del nivel de construcción también es un tema que hay tener en cuenta. "Los tanques de ralentización (que retardan la salida de agua a la red pluvial) actualmente se usan para situaciones particulares y solo en algunos distritos. Extender su uso sería una opción a considerar", concluyó.
Para el arquitecto y urbanista Eduardo Reese, la solución solo puede ser encarada desde una mirada sistémica. "El problema recae en múltiples responsabilidades, empezando por el hecho de que desde la fundación misma de la ciudad no se respetaron sus condiciones de emplazamiento. Las políticas urbanas han sido erróneas y la urbe creció dominada más por el mercado que por la política", afirmó Reese en diálogo con ARQ. Mirando hacia el futuro, Reese afirma que cualquier plan reparador tiene que englobar tres patas: una vertiente técnica (obras de infraestructura), una política (revisión de políticas de crecimiento urbano) y una cultural. "La actitud frente a un tema como la basura (sacarla y dejarla en la calle a cualquier hora por ejemplo) es indicativo de que falta mayor educación en ciertas áreas".
Consultado por ARQ, el ingeniero Daniel Capdevila, Director de Ingeniería del Ministerio de Desarrollo Urbano del Gobierno de la CABA, afirma que las obras para hacer frente a las inundaciones tienen su origen en el Plan de Director de Ordenamiento Hidraúlico, que se sancionó en 2005 y cuya primera obra fue la generación de aliviadores para el arroyo Maldonado, lo que aumentó su red de captación. Esto se continuará con los trabajos sobre el Vega (la primera etapa se terminaría en agosto de este año y está previsto que las obras concluyan en tres años) y el Medrano. La última parte será el tratamiento de las cuencas transversales que desaguan en el Riachuelo. Para Capdevila, estas obras mitigarán el efecto de las inundaciones en las zonas más bajas de la ciudad, pero no lograrán hacer desaparecer el agua si se repiten sutuaciones como las de este fin de semana.
Fuente: ARQ Clarin
Link: http://arq.clarin.com/urbano/arquitectos-urbanistas-frente-inundaciones_0_894510771.html
Los arquitectos y urbanistas frente a las inundaciones
Desde modificar el Código de Planeamiento Urbano hasta contribuir a revisar las políticas urbanas que han conformado el área metropolitana de la CABA, hay numerosas instancias donde la profesión puede colaborar para prevenir estas tragedias.
Con los reciente temporales que azotaron tanto La Plata como la Ciudad de Buenos Aires y La Plata, nuevamente quedó sobre el tapete la vulnerabilidad de las infraestructuras para resistir estos embates de la naturaleza. Los 155 milímetros que cayeron sobre la CABA representan la máxima cantidad de lluvia para un día de abril en más de un siglo, mientras que los 300 milímetros que se precipitaron en solo tres horas en la ciudad de las diagonales dejaron un saldo de al menos 46 muertos. Frente a este panorama, inevitablemente la pregunta de qué hacer para evitar este tipo de tragedias se presenta otra vez.
Es una obviedad afirmar que la labor de los arquitectos y los urbanistas entre en contacto de manera directa con los temas ambientales. La cuestión en todo caso sería determinar hasta qué punto la profesión puede contribuir a paliar estas situaciones. Para la arquitecta Magdalena Eggers, experta en normativa, el Código de Planeamiento Urbano de la CABA es obsoleto y modificar algunos de sus artículos se presenta como una tarea necesaria. "En principio, el código indica solamente dos áreas como potencialmente inundables, que son La Boca y el Bajo Belgrano. A pesar de mucha evidencia al respecto, nunca se incorporaron otras zonas (como las tierras en torno a la cuenca del Maldonado) dentro de esta categoría", explicó a ARQ. Eggers también señala que la reducción de tierra absorbente como consecuencia del nivel de construcción también es un tema que hay tener en cuenta. "Los tanques de ralentización (que retardan la salida de agua a la red pluvial) actualmente se usan para situaciones particulares y solo en algunos distritos. Extender su uso sería una opción a considerar", concluyó.
Para el arquitecto y urbanista Eduardo Reese, la solución solo puede ser encarada desde una mirada sistémica. "El problema recae en múltiples responsabilidades, empezando por el hecho de que desde la fundación misma de la ciudad no se respetaron sus condiciones de emplazamiento. Las políticas urbanas han sido erróneas y la urbe creció dominada más por el mercado que por la política", afirmó Reese en diálogo con ARQ. Mirando hacia el futuro, Reese afirma que cualquier plan reparador tiene que englobar tres patas: una vertiente técnica (obras de infraestructura), una política (revisión de políticas de crecimiento urbano) y una cultural. "La actitud frente a un tema como la basura (sacarla y dejarla en la calle a cualquier hora por ejemplo) es indicativo de que falta mayor educación en ciertas áreas".
Consultado por ARQ, el ingeniero Daniel Capdevila, Director de Ingeniería del Ministerio de Desarrollo Urbano del Gobierno de la CABA, afirma que las obras para hacer frente a las inundaciones tienen su origen en el Plan de Director de Ordenamiento Hidraúlico, que se sancionó en 2005 y cuya primera obra fue la generación de aliviadores para el arroyo Maldonado, lo que aumentó su red de captación. Esto se continuará con los trabajos sobre el Vega (la primera etapa se terminaría en agosto de este año y está previsto que las obras concluyan en tres años) y el Medrano. La última parte será el tratamiento de las cuencas transversales que desaguan en el Riachuelo. Para Capdevila, estas obras mitigarán el efecto de las inundaciones en las zonas más bajas de la ciudad, pero no lograrán hacer desaparecer el agua si se repiten sutuaciones como las de este fin de semana.
Fuente: ARQ Clarin
Link: http://arq.clarin.com/urbano/arquitectos-urbanistas-frente-inundaciones_0_894510771.html
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