martes, 14 de marzo de 2017

El reto de integrar casonas antiguas a un proyecto moderno

Si se logra una compatibilización armoniosa, los emprendimientos se revalorizan más que los tradicionales porque terminados son únicos y escasos

Resultado de imagen para construccion

El paisaje de Buenos Aires conserva grandes joyas de la arquitectura. El equilibrio entre la preservación del pasado y la proyección a futuro plantea desafíos interesantes para los desarrollos que eligen sumar el confort de la modernidad a la riqueza del patrimonio arquitectónico. Por caso Astillero, el proyecto de la desarrolladora CMNV Comunidad de Inversión ubicado en Catalinas Sur apunta a transformar un antiguo astillero de principios del siglo XX en un edificio de viviendas con 15 plantas y 20.000 m2, conservando su fachada histórica. El comienzo fue un estudio exhaustivo de la zona, visitando lugares históricos, museos, calles y edificios que sirvieran para comenzar a diagramar el proyecto que se construiría teniendo en cuenta su contexto. A partir de ahí, se hizo una consulta en la dirección general de urbanismo de la ciudad autónoma de Buenos Aires y sobre esa consulta los desarrolladores Leonardo Rodríguez Nader -CEO y cofundador de CMNV- y su socio, Jaime Chmea, hicieron una propuesta arquitectónica con el objetivo de que se adapte de la mejor manera posible a la zona y al entorno.

Para Rodríguez Nader lo principal en estos casos es tener en cuenta el modo de insertar en un proyecto nuevo parte del patrimonio rescatado, y a partir de ahí lograr la mejor combinación e interacción entre esas dos matrices. En el caso de Astillero optaron por un proyecto híper moderno con tecnología sustentable. Al hablar de costos, el desarrollador señala que siempre que se rescata patrimonio los costos son mayores, ya que las refacciones suelen tener un costo mucho más alto que una obra nueva que arranca desde cero. Esto se relaciona con el estudio y las características que se van encontrando durante la construcción en el edificio existente. Los imponderables o cuestiones que no pudieran ser estudiadas en la etapa inicial del proyecto general pueden incrementar el costo de la obra nueva y hacen más difícil prever los costos. Sin embargo, dice, la apreciación cultural es fundamental.

"El patrimonio histórico de una ciudad sirve para entender los procesos de cambio a través del tiempo. Estos cambios que fueron sucediendo pueden encontrarse perfectamente en la arquitectura. En el caso de Astillero de alguna manera nos recuerda cuáles eran los límites de la ciudad, el edificio histórico que alguna vez fuera un astillero del Río de la Plata nos recuerda el encuentro de la tierra con el río que hace unos cien años se daba sobre la calle Azopardo", afirma el CEO de CMNV.
Las claves del diseño

Frente al dique dos de Puerto Madero en Av. Independencia y Azopardo, Quartier Madero Urbano fusiona el carácter tradicional con la novedad. Allí se desarrolló un emprendimiento de usos mixtos que incluye gastronomía y pool hotelero. En el proyecto se integran dos casonas antiguas, obra del reconocido arquitecto Fermín Bereterbide en 1923, que estaban dentro del predio y fueron restauradas y refuncionalizadas.

El arquitecto Opi Mazzinghi, del estudio Camps Tiscornia, a cargo del proyecto habla de la integración de las obras en su contexto. Señala que en los casos en los que se trabaja con patrimonio, la complejidad aumenta y obliga a extremar los cuidados y la atención. En este proyecto, cuenta que a los desafíos desde el punto de vista constructivo se sumaron importantes retos desde el diseño, para resolver el ensamble de los edificios existentes con la nueva torre a construir.

Mazzinghi plantea que la compatibilización armoniosa de lo antiguo y lo nuevo es uno de los grandes temas de la profesión. Propone dos caminos igualmente válidos para resolverla: el de la asimilación o el de diferenciación, con todas sus variantes intermedias, cuya elección dependerá, en cada caso, de múltiples factores. "En este emprendimiento, la opción de la diferenciación se impuso por cuestiones de escala y de estilo, ya que la fisonomía de lo existente y lo nuevo hacía imposible algún tipo de asimilación entre ambos. La complejidad estuvo en la vinculación, que se resolvió con una múltiple altura en la planta baja de la torre, que permitió mantener libres a las viejas casonas", relata la experiencia.
Pequeñas joyas

En Soler al 4900, en pleno Palermo, asoma otro tesoro antiguo que detrás de su histórica fachada goza de los privilegios modernos: un edificio de 1914 restaurado para convertirse en un PH de estilo para viviendas. Arnaldo García, titular de GG Brokers Servicios Inmobiliarios, comercializadora del proyecto, cuenta que el edificio posee seis departamentos de tres y cuatro ambientes distribuidos en sus dos pisos. Todos serán refaccionadas manteniendo su estilo antiguo, pero con detalles y terminaciones modernas. Además, se cambiarán todas las cañerías y el cableado, entre aquellos aspectos no visibles. García explica que se eligió este proyecto porque existe una demanda insatisfecha de este tipo de productos, ya que no son muchas las propiedades históricas que quedan en la ciudad con la posibilidad de restaurarlas para convertirlas en viviendas. En proyectos de estas características, dice, conservar al máximo la estructura original suma valor. En el caso de Soler se decidió mantener la fachada original del edificio, uno de sus mejores y más distintivos atributos y por dentro, apuntalar las paredes originales por medio de columnas, además de reformar por completo los interiores ya que se encuentran dañadas las carpinterías y existe humedad en las paredes.

"En reformas de este tipo de propiedades antiguas lo importante es conservar lo original lo más que se pueda dado que quien las busca es un público que gusta de esa arquitectura. Sin embargo, todo lo que tenga que ver con las comodidades y funcionalidades deben ser reformadas y adaptadas al uso moderno. Luego, desde la estética, se pueden poner toques de decoración o estilo moderno, que también gustan, siempre y cuando no desentonen con el estilo original de la propiedad", destaca el especialista. Agrega que este tipo de proyectos se valorizan aún más que los desarrollados 100 por ciento desde el pozo, ya que una vez concluidos son únicos y escasos. Si además ofrecen pocas unidades, y están bien hechos, se convierten en exclusivos y muy requeridos.

Fuente: La Nación 

Link: http://www.lanacion.com.ar/1989795-el-reto-de-integrar-casonas-antiguas-a-un-proyecto-moderno

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martes, 14 de marzo de 2017

El reto de integrar casonas antiguas a un proyecto moderno

Si se logra una compatibilización armoniosa, los emprendimientos se revalorizan más que los tradicionales porque terminados son únicos y escasos

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El paisaje de Buenos Aires conserva grandes joyas de la arquitectura. El equilibrio entre la preservación del pasado y la proyección a futuro plantea desafíos interesantes para los desarrollos que eligen sumar el confort de la modernidad a la riqueza del patrimonio arquitectónico. Por caso Astillero, el proyecto de la desarrolladora CMNV Comunidad de Inversión ubicado en Catalinas Sur apunta a transformar un antiguo astillero de principios del siglo XX en un edificio de viviendas con 15 plantas y 20.000 m2, conservando su fachada histórica. El comienzo fue un estudio exhaustivo de la zona, visitando lugares históricos, museos, calles y edificios que sirvieran para comenzar a diagramar el proyecto que se construiría teniendo en cuenta su contexto. A partir de ahí, se hizo una consulta en la dirección general de urbanismo de la ciudad autónoma de Buenos Aires y sobre esa consulta los desarrolladores Leonardo Rodríguez Nader -CEO y cofundador de CMNV- y su socio, Jaime Chmea, hicieron una propuesta arquitectónica con el objetivo de que se adapte de la mejor manera posible a la zona y al entorno.

Para Rodríguez Nader lo principal en estos casos es tener en cuenta el modo de insertar en un proyecto nuevo parte del patrimonio rescatado, y a partir de ahí lograr la mejor combinación e interacción entre esas dos matrices. En el caso de Astillero optaron por un proyecto híper moderno con tecnología sustentable. Al hablar de costos, el desarrollador señala que siempre que se rescata patrimonio los costos son mayores, ya que las refacciones suelen tener un costo mucho más alto que una obra nueva que arranca desde cero. Esto se relaciona con el estudio y las características que se van encontrando durante la construcción en el edificio existente. Los imponderables o cuestiones que no pudieran ser estudiadas en la etapa inicial del proyecto general pueden incrementar el costo de la obra nueva y hacen más difícil prever los costos. Sin embargo, dice, la apreciación cultural es fundamental.

"El patrimonio histórico de una ciudad sirve para entender los procesos de cambio a través del tiempo. Estos cambios que fueron sucediendo pueden encontrarse perfectamente en la arquitectura. En el caso de Astillero de alguna manera nos recuerda cuáles eran los límites de la ciudad, el edificio histórico que alguna vez fuera un astillero del Río de la Plata nos recuerda el encuentro de la tierra con el río que hace unos cien años se daba sobre la calle Azopardo", afirma el CEO de CMNV.
Las claves del diseño

Frente al dique dos de Puerto Madero en Av. Independencia y Azopardo, Quartier Madero Urbano fusiona el carácter tradicional con la novedad. Allí se desarrolló un emprendimiento de usos mixtos que incluye gastronomía y pool hotelero. En el proyecto se integran dos casonas antiguas, obra del reconocido arquitecto Fermín Bereterbide en 1923, que estaban dentro del predio y fueron restauradas y refuncionalizadas.

El arquitecto Opi Mazzinghi, del estudio Camps Tiscornia, a cargo del proyecto habla de la integración de las obras en su contexto. Señala que en los casos en los que se trabaja con patrimonio, la complejidad aumenta y obliga a extremar los cuidados y la atención. En este proyecto, cuenta que a los desafíos desde el punto de vista constructivo se sumaron importantes retos desde el diseño, para resolver el ensamble de los edificios existentes con la nueva torre a construir.

Mazzinghi plantea que la compatibilización armoniosa de lo antiguo y lo nuevo es uno de los grandes temas de la profesión. Propone dos caminos igualmente válidos para resolverla: el de la asimilación o el de diferenciación, con todas sus variantes intermedias, cuya elección dependerá, en cada caso, de múltiples factores. "En este emprendimiento, la opción de la diferenciación se impuso por cuestiones de escala y de estilo, ya que la fisonomía de lo existente y lo nuevo hacía imposible algún tipo de asimilación entre ambos. La complejidad estuvo en la vinculación, que se resolvió con una múltiple altura en la planta baja de la torre, que permitió mantener libres a las viejas casonas", relata la experiencia.
Pequeñas joyas

En Soler al 4900, en pleno Palermo, asoma otro tesoro antiguo que detrás de su histórica fachada goza de los privilegios modernos: un edificio de 1914 restaurado para convertirse en un PH de estilo para viviendas. Arnaldo García, titular de GG Brokers Servicios Inmobiliarios, comercializadora del proyecto, cuenta que el edificio posee seis departamentos de tres y cuatro ambientes distribuidos en sus dos pisos. Todos serán refaccionadas manteniendo su estilo antiguo, pero con detalles y terminaciones modernas. Además, se cambiarán todas las cañerías y el cableado, entre aquellos aspectos no visibles. García explica que se eligió este proyecto porque existe una demanda insatisfecha de este tipo de productos, ya que no son muchas las propiedades históricas que quedan en la ciudad con la posibilidad de restaurarlas para convertirlas en viviendas. En proyectos de estas características, dice, conservar al máximo la estructura original suma valor. En el caso de Soler se decidió mantener la fachada original del edificio, uno de sus mejores y más distintivos atributos y por dentro, apuntalar las paredes originales por medio de columnas, además de reformar por completo los interiores ya que se encuentran dañadas las carpinterías y existe humedad en las paredes.

"En reformas de este tipo de propiedades antiguas lo importante es conservar lo original lo más que se pueda dado que quien las busca es un público que gusta de esa arquitectura. Sin embargo, todo lo que tenga que ver con las comodidades y funcionalidades deben ser reformadas y adaptadas al uso moderno. Luego, desde la estética, se pueden poner toques de decoración o estilo moderno, que también gustan, siempre y cuando no desentonen con el estilo original de la propiedad", destaca el especialista. Agrega que este tipo de proyectos se valorizan aún más que los desarrollados 100 por ciento desde el pozo, ya que una vez concluidos son únicos y escasos. Si además ofrecen pocas unidades, y están bien hechos, se convierten en exclusivos y muy requeridos.

Fuente: La Nación 

Link: http://www.lanacion.com.ar/1989795-el-reto-de-integrar-casonas-antiguas-a-un-proyecto-moderno

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