lunes, 24 de septiembre de 2012

Comprar una vivienda en la era del cepo cambiario, una odisea

Cuatro familias cuentan cómo la pesificación complicó o frustró operaciones encaminadas; avidez por los dólares.


Tras meses de visitar casas en venta, Fabián Quiroga y su esposa, María Eugenia, encontraron en Benavides lo que estaban buscando. Fabián, que trabaja como piloto aeronáutico, tenía un crédito preacordado y empezó con el papeleo para cerrar la compra. Aunque la titular del Banco Central (BCRA), Mercedes Marcó del Pont, ya había anunciado la prohibición de convertir a dólares los créditos hipotecarios, el de Fabián, por estar preaprobado, entraba entre los que aún podían ser convertidos.

Sin embargo, al hacer la tasación, el banco determinó que el valor de la casa superaba el tope establecido en el contrato. Sin tiempo para encontrar otra alternativa, Fabián perdió la posibilidad de estar entre los últimos beneficiarios que podrían cambiar el monto de su préstamo a dólares, al tipo de cambio oficial.

Fabián y María Eugenia, que tienen dos hijos y viven en un departamento alquilado, tuvieron que empezar a buscar de nuevo, pero revisando sus expectativas.

"Abandonamos la zona en la que estábamos buscando, porque nos tenemos que limitar en el precio de la casa para no superar el valor que consta en el acuerdo", dijo Fabián. "Ahora comprar una propiedad nos sale más caro en pesos, porque los que reciben pesos lo hacen considerando un tipo de cambio cercano al blue. No es fácil lograr un descuento pagando en pesos."

Uno de los sectores más afectados con las restricciones a la compra de dólares que el Gobierno impuso desde finales del año pasado fue el inmobiliario. Este impacto, evidenciado en el desplome del número de escrituras de compraventa que contabilizan los colegios de escribanos, no se limita a las empresas del sector (algunas han debido cerrar, según afirmó hace pocos días el presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, Néstor Walenten), sino que también ha perjudicado a personas y familias que, como la de Fabián, desean comprar una propiedad. "Llevo 20 años trabajando y quiero tener una casa propia", dijo Fabián, que añadió que, para él, es conveniente acceder a un crédito como el que tiene preaprobado, porque los intereses son menores que la inflación.

A Cecilia y Andrés -que, aunque aseguran estar al día con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), prefirieron no dar su apellido por miedo a represalias- les ocurrió algo similar. Ellos también viven en un departamento de alquiler y también tenían un crédito preaprobado. En su caso, lo que impidió que se concretara la compra del departamento que habían encontrado en Villa Crespo fue que el escribano no validó el poder que presentaron los hijos de la vendedora. Por ese motivo, Cecilia y Andrés también perdieron la oportunidad de acceder a un crédito convertible a dólares.

"Después de eso, seguimos buscando, pero ya no nos alcanzaba para lo que buscábamos antes. Tuvimos que resignar espacio", dijo Cecilia, madre de tres chicos, de 13, 11 y 7 años. Y añadió: "Cuando pagás en pesos, perdés mucho poder de negociación, porque la gente quiere dólares". Finalmente, Cecilia y Andrés encontraron un departamento en Balvanera que acordaron pagar una parte en pesos y otra en dólares que tenían en su poder. El departamento alquilado en el que aún viven es más grande que el que van a comprar. "Pero no es nuestro", dice Cecilia.

El cepo cambiario no ha afectado sólo a quienes quieren comprar su primera vivienda propia, sino también a quienes necesitan ampliarse. Ése es el caso de Juan y Paula, que tienen dos chicos (de 3 y 5 años) y viven en Colegiales en un departamento de dos dormitorios que ahora les queda estrecho. "Nuestra intención era vender el departamento actual y cubrir la diferencia con un préstamo que pudiéramos convertir a dólares", dice Juan, un abogado que trabaja de manera independiente. "Buscábamos tener por lo menos una habitación más. Por ahora, hemos congelado la búsqueda y estamos a la expectativa de que vuelvan a permitir comprar dólares al tipo de cambio oficial para operaciones inmobiliarias."

Juan y Paula no están dispuestos a vender su departamento en pesos. "Queremos vender en dólares y comprar en dólares", dice él.

Héctor y Silvia, que también quieren mudarse a otro departamento porque el que tienen ahora resulta chico para sus tres hijos pequeños, analizan una alternativa ante la imposibilidad de vender su departamento en dólares y acceder a un crédito convertible a esa moneda: la permuta. "Vender tu única propiedad en pesos para poder ampliarte es un riesgo enorme cuando hay inflación. En lugar de quedarte con pesos, la opción para los que nos queremos ampliar es dar tu departamento como parte de pago." Obviamente, eso no es una tarea fácil, porque requiere que una parte busque justo lo que la otra está ofreciendo.

Para Héctor, la pesificación del mercado inmobiliario que persigue el Gobierno es una medida forzada. "Es imposible mientras la gente no quiera vender su propiedad en pesos." Fabián opinó algo similar: "Pesificar el mercado inmobiliario es difícil por la inflación. Cualquiera que venda su propiedad en pesos lo va a pensar dos veces y va a pedir un valor más alto para cubrirse de la devaluación".

CADA VEZ MÁS CERRADO

Las restricciones se han endurecido con el tiempo
28.10.2011
Se anuncia el cepo
El entonces ministro de Economía, Amado Boudou, anunció que desde el 31 de octubre de 2011 se debería pedir permiso a la AFIP para concretar una operación cambiaria.

6.7.2012
No más créditos en dólares
La titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, anunció que los créditos hipotecarios ya no podrían ser convertidos a dólares. "Es un paso adelante en la pesificación del mercado inmobiliario", dijo en aquella oportunidad.

31.10.2012
Últimos beneficiarios
Hasta el 31 de octubre próximo se podrán convertir a dólares los préstamos que ya habían sido aprobados hasta julio.

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lunes, 24 de septiembre de 2012

Comprar una vivienda en la era del cepo cambiario, una odisea

Cuatro familias cuentan cómo la pesificación complicó o frustró operaciones encaminadas; avidez por los dólares.


Tras meses de visitar casas en venta, Fabián Quiroga y su esposa, María Eugenia, encontraron en Benavides lo que estaban buscando. Fabián, que trabaja como piloto aeronáutico, tenía un crédito preacordado y empezó con el papeleo para cerrar la compra. Aunque la titular del Banco Central (BCRA), Mercedes Marcó del Pont, ya había anunciado la prohibición de convertir a dólares los créditos hipotecarios, el de Fabián, por estar preaprobado, entraba entre los que aún podían ser convertidos.

Sin embargo, al hacer la tasación, el banco determinó que el valor de la casa superaba el tope establecido en el contrato. Sin tiempo para encontrar otra alternativa, Fabián perdió la posibilidad de estar entre los últimos beneficiarios que podrían cambiar el monto de su préstamo a dólares, al tipo de cambio oficial.

Fabián y María Eugenia, que tienen dos hijos y viven en un departamento alquilado, tuvieron que empezar a buscar de nuevo, pero revisando sus expectativas.

"Abandonamos la zona en la que estábamos buscando, porque nos tenemos que limitar en el precio de la casa para no superar el valor que consta en el acuerdo", dijo Fabián. "Ahora comprar una propiedad nos sale más caro en pesos, porque los que reciben pesos lo hacen considerando un tipo de cambio cercano al blue. No es fácil lograr un descuento pagando en pesos."

Uno de los sectores más afectados con las restricciones a la compra de dólares que el Gobierno impuso desde finales del año pasado fue el inmobiliario. Este impacto, evidenciado en el desplome del número de escrituras de compraventa que contabilizan los colegios de escribanos, no se limita a las empresas del sector (algunas han debido cerrar, según afirmó hace pocos días el presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, Néstor Walenten), sino que también ha perjudicado a personas y familias que, como la de Fabián, desean comprar una propiedad. "Llevo 20 años trabajando y quiero tener una casa propia", dijo Fabián, que añadió que, para él, es conveniente acceder a un crédito como el que tiene preaprobado, porque los intereses son menores que la inflación.

A Cecilia y Andrés -que, aunque aseguran estar al día con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), prefirieron no dar su apellido por miedo a represalias- les ocurrió algo similar. Ellos también viven en un departamento de alquiler y también tenían un crédito preaprobado. En su caso, lo que impidió que se concretara la compra del departamento que habían encontrado en Villa Crespo fue que el escribano no validó el poder que presentaron los hijos de la vendedora. Por ese motivo, Cecilia y Andrés también perdieron la oportunidad de acceder a un crédito convertible a dólares.

"Después de eso, seguimos buscando, pero ya no nos alcanzaba para lo que buscábamos antes. Tuvimos que resignar espacio", dijo Cecilia, madre de tres chicos, de 13, 11 y 7 años. Y añadió: "Cuando pagás en pesos, perdés mucho poder de negociación, porque la gente quiere dólares". Finalmente, Cecilia y Andrés encontraron un departamento en Balvanera que acordaron pagar una parte en pesos y otra en dólares que tenían en su poder. El departamento alquilado en el que aún viven es más grande que el que van a comprar. "Pero no es nuestro", dice Cecilia.

El cepo cambiario no ha afectado sólo a quienes quieren comprar su primera vivienda propia, sino también a quienes necesitan ampliarse. Ése es el caso de Juan y Paula, que tienen dos chicos (de 3 y 5 años) y viven en Colegiales en un departamento de dos dormitorios que ahora les queda estrecho. "Nuestra intención era vender el departamento actual y cubrir la diferencia con un préstamo que pudiéramos convertir a dólares", dice Juan, un abogado que trabaja de manera independiente. "Buscábamos tener por lo menos una habitación más. Por ahora, hemos congelado la búsqueda y estamos a la expectativa de que vuelvan a permitir comprar dólares al tipo de cambio oficial para operaciones inmobiliarias."

Juan y Paula no están dispuestos a vender su departamento en pesos. "Queremos vender en dólares y comprar en dólares", dice él.

Héctor y Silvia, que también quieren mudarse a otro departamento porque el que tienen ahora resulta chico para sus tres hijos pequeños, analizan una alternativa ante la imposibilidad de vender su departamento en dólares y acceder a un crédito convertible a esa moneda: la permuta. "Vender tu única propiedad en pesos para poder ampliarte es un riesgo enorme cuando hay inflación. En lugar de quedarte con pesos, la opción para los que nos queremos ampliar es dar tu departamento como parte de pago." Obviamente, eso no es una tarea fácil, porque requiere que una parte busque justo lo que la otra está ofreciendo.

Para Héctor, la pesificación del mercado inmobiliario que persigue el Gobierno es una medida forzada. "Es imposible mientras la gente no quiera vender su propiedad en pesos." Fabián opinó algo similar: "Pesificar el mercado inmobiliario es difícil por la inflación. Cualquiera que venda su propiedad en pesos lo va a pensar dos veces y va a pedir un valor más alto para cubrirse de la devaluación".

CADA VEZ MÁS CERRADO

Las restricciones se han endurecido con el tiempo
28.10.2011
Se anuncia el cepo
El entonces ministro de Economía, Amado Boudou, anunció que desde el 31 de octubre de 2011 se debería pedir permiso a la AFIP para concretar una operación cambiaria.

6.7.2012
No más créditos en dólares
La titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, anunció que los créditos hipotecarios ya no podrían ser convertidos a dólares. "Es un paso adelante en la pesificación del mercado inmobiliario", dijo en aquella oportunidad.

31.10.2012
Últimos beneficiarios
Hasta el 31 de octubre próximo se podrán convertir a dólares los préstamos que ya habían sido aprobados hasta julio.

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