jueves, 3 de mayo de 2012

La ciudad del ángulo recto

La grilla de cuadras perpendiculares de Buenos Aires remonta su origen a los egipcios del Nilo de hace... ¡80 siglos!


La invención del ángulo recto y Buenos Aires. Todo tiene que ver con todo, te diría Pancho Ibañez; y es así también en urbanismo ¿O acaso no sabés que la mayoría de las calles de Buenos Aires se cruzan en ángulo recto por el cambio climático de hace diez mil años? Sí, sí, es como te digo. Ochenta siglos antes de Cristo, se empezó a formar el desierto del Sahara y los cazadores nómadas que andaban por ahí decidieron echar raíces en un lugar en el que no les faltara agua: las orillas del Nilo. Así comenzaron las primeras ciudades del Antiguo Egipto.

Vos te preguntarás qué tiene que ver eso con Buenos Aires, bueno: pasó que en ese momento los egipcios con tiempo para pensar se hicieron fanáticos de los triángulos y les descubrieron más propiedades que al faraón. En una cuerda anudaron doce nudos a la misma distancia para formar un triángulo especial. Resulta que si armás ese triángulo y dejás tres nudos en un lado, cuatro en otro y cinco en el último, se forma un ángulo recto entre lo que antes se llamaba el cateto menor y el cateto mayor ¿Vas entendiendo? ¡Angulo recto! los egipcios descubrieron cómo trazar un ángulo recto en cualquier terreno. En las primeras ciudades que fundaron a la ribera del Nilo, las calles se cortaban perfectamente perpendiculares entre sí. De ahí a Buenos Aires hay un paso… y miles de años.

Pero hay más, porque las manzanas porteñas son cuadradas y de aproximadamente 100 metros por 100, y eso también por los egipcios, que tenían un sistema de medida relacionado con el cuerpo. Es que el triángulo que te contaba tenía 15, 20 y 25 codos, que era la distancia que había del codo a la mano, obvio. Un sistema muy popular que se usó por todo el Mediterráneo hasta que llegó el sistema métrico decimal y chau antropometría. Antes de eso, en España, dos codos hacían una vara y fijate que diez varas es lo que miden los frentes porteños, 8,66 metros.

No te la quiero hace larga, el tema es que cuando Juan de Garay fundó Buenos Aires por segunda vez delimitó unas 160 manzanas con plaza incluida. Cada manzana tenía 140 varas de lado y la calle 11; pero varas castellanas no varas egipcias, porque, para ese entonces, la distancia del codo a la mano era muy variable. Es decir, Garay usó las medidas y el manual para fundar ciudades de las Leyes de Indias, un invento de Felipe II, nieto de Fernando II de Aragón, el Católico, que recurrió al ángulo recto para atemorizar a los árabes de Granada. Sí, aunque te parezca mentira, el urbanismo y la política tienen que ver. Hace 500 años, en su plan de re-conquista de la Península Ibérica, el ejército de los Reyes Católicos había sitiado la capital del Emirato de Granada pero el campamento se les quemó. Fernando mandó reconstruirlo con piedra y ladrillo, como para decirles a los moros que se iban a quedar allí hasta que capitulara Granada. Fernando pidió que el trazado de la que llamó Santa Fe fuera como Briviesca, una ciudad de Burgos. “Con calles tiradas a cordel y sin cerramiento de murallas”. Resulta que Briviesca era una ciudad creada por los romanos que, para sus campamentos, también usaban la cuadrícula que habían aprendido de los griegos que, a su vez, habían aprendido y perfeccionado de los egipcios y de su famoso ángulo recto.

Si no te queda claro, Granada se rindió en 1492. En esa ciudad, los Reyes Católicos arreglaron lo del viaje de Colón y para cuando se enteraron que tenían un enorme territorio para urbanizar la tradición de los campamentos romanos, la ciudad de Briviesca, el campamento de Santa Fe y la convicción cartesiana de Felipe II hicieron de la grilla un implacable herramienta de conquista. Ahora la podés encontrar tanto en San Francisco, California, como aquí en Buenos Aires. Todo por el calentamiento global.

Fuente: Arq

Link: http://www.clarin.com/arq/urbano/ciudad-angulo-recto_0_692930798.html

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jueves, 3 de mayo de 2012

La ciudad del ángulo recto

La grilla de cuadras perpendiculares de Buenos Aires remonta su origen a los egipcios del Nilo de hace... ¡80 siglos!


La invención del ángulo recto y Buenos Aires. Todo tiene que ver con todo, te diría Pancho Ibañez; y es así también en urbanismo ¿O acaso no sabés que la mayoría de las calles de Buenos Aires se cruzan en ángulo recto por el cambio climático de hace diez mil años? Sí, sí, es como te digo. Ochenta siglos antes de Cristo, se empezó a formar el desierto del Sahara y los cazadores nómadas que andaban por ahí decidieron echar raíces en un lugar en el que no les faltara agua: las orillas del Nilo. Así comenzaron las primeras ciudades del Antiguo Egipto.

Vos te preguntarás qué tiene que ver eso con Buenos Aires, bueno: pasó que en ese momento los egipcios con tiempo para pensar se hicieron fanáticos de los triángulos y les descubrieron más propiedades que al faraón. En una cuerda anudaron doce nudos a la misma distancia para formar un triángulo especial. Resulta que si armás ese triángulo y dejás tres nudos en un lado, cuatro en otro y cinco en el último, se forma un ángulo recto entre lo que antes se llamaba el cateto menor y el cateto mayor ¿Vas entendiendo? ¡Angulo recto! los egipcios descubrieron cómo trazar un ángulo recto en cualquier terreno. En las primeras ciudades que fundaron a la ribera del Nilo, las calles se cortaban perfectamente perpendiculares entre sí. De ahí a Buenos Aires hay un paso… y miles de años.

Pero hay más, porque las manzanas porteñas son cuadradas y de aproximadamente 100 metros por 100, y eso también por los egipcios, que tenían un sistema de medida relacionado con el cuerpo. Es que el triángulo que te contaba tenía 15, 20 y 25 codos, que era la distancia que había del codo a la mano, obvio. Un sistema muy popular que se usó por todo el Mediterráneo hasta que llegó el sistema métrico decimal y chau antropometría. Antes de eso, en España, dos codos hacían una vara y fijate que diez varas es lo que miden los frentes porteños, 8,66 metros.

No te la quiero hace larga, el tema es que cuando Juan de Garay fundó Buenos Aires por segunda vez delimitó unas 160 manzanas con plaza incluida. Cada manzana tenía 140 varas de lado y la calle 11; pero varas castellanas no varas egipcias, porque, para ese entonces, la distancia del codo a la mano era muy variable. Es decir, Garay usó las medidas y el manual para fundar ciudades de las Leyes de Indias, un invento de Felipe II, nieto de Fernando II de Aragón, el Católico, que recurrió al ángulo recto para atemorizar a los árabes de Granada. Sí, aunque te parezca mentira, el urbanismo y la política tienen que ver. Hace 500 años, en su plan de re-conquista de la Península Ibérica, el ejército de los Reyes Católicos había sitiado la capital del Emirato de Granada pero el campamento se les quemó. Fernando mandó reconstruirlo con piedra y ladrillo, como para decirles a los moros que se iban a quedar allí hasta que capitulara Granada. Fernando pidió que el trazado de la que llamó Santa Fe fuera como Briviesca, una ciudad de Burgos. “Con calles tiradas a cordel y sin cerramiento de murallas”. Resulta que Briviesca era una ciudad creada por los romanos que, para sus campamentos, también usaban la cuadrícula que habían aprendido de los griegos que, a su vez, habían aprendido y perfeccionado de los egipcios y de su famoso ángulo recto.

Si no te queda claro, Granada se rindió en 1492. En esa ciudad, los Reyes Católicos arreglaron lo del viaje de Colón y para cuando se enteraron que tenían un enorme territorio para urbanizar la tradición de los campamentos romanos, la ciudad de Briviesca, el campamento de Santa Fe y la convicción cartesiana de Felipe II hicieron de la grilla un implacable herramienta de conquista. Ahora la podés encontrar tanto en San Francisco, California, como aquí en Buenos Aires. Todo por el calentamiento global.

Fuente: Arq

Link: http://www.clarin.com/arq/urbano/ciudad-angulo-recto_0_692930798.html

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