jueves, 3 de noviembre de 2011

Panorama para el 2012. La actividad de la construcción después de las elecciones. Pronostican un crecimiento menor que el actual.

Con la confirmación de la continuidad del actual Gobierno nacional y los primeros números del balance final del año en la mano, los especialistas muestran un optimismo moderado para pronosticar el desempeño de la actividad de la construcción en el próximo año.

Para vislumbrar el clima de negocios que se espera para el 2012, el analista político Sergio Berensztein, director de Poliarquía, destaca tres aspectos críticos: el precio de los comodities, el crecimiento de Brasil y la devaluación que pueda establecer en su economía. En ese sentido, una caída en el precio de los comodities resentiría la actividad en el sector, según el analista. A su vez, la aceleración en la fuga de capitales no será beneficiosa en el corto plazo. Aunque, a la larga, según Berensztein, parte de ese dinero se volcará a la construcción como refugio de valor.

En el marco de un foro organizado por el Grupo Construya la semana pasada, en la ciudad de Córdoba, su presidente, Pedro Brandi destacó: “Somos optimistas en el corto plazo y muy optimistas para el próximo quinqueño”. Según los datos que maneja este grupo que reúne a 12 empresas muy influyentes del sector, la actividad cerrará el 2011 con una tasa de crecimiento del 12 al 13%. Para Brandi, la crisis internacional afectará de alguna manera la economía interna generando incertidumbre. Pronostica, entonces, un descenso suave en el crecimiento para el 2012, donde la actividad se expandería un 6%.


Ante una posible devaluación del peso, ya sea para acompañar la cotización del real como para manejar el nivel del gasto público, Berensztein muestra una moneda de dos caras: bajarían los costos domésticos para los inversores, a la vez que se resentiría la capacidad de ahorro.


Para los analistas, la inercia del sector es grande. Las obras iniciadas continuarán a pesar de una desaceleración económica ya que las subas o bajas se la economía se amortiguan para la construcción. “El desafío para el Gobierno será enfrentar la crisis internacional y mitigar el efecto negativo que pueda tener en la visión de los ciudadanos”, opinan.


Fuente: ARQ Clarin

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jueves, 3 de noviembre de 2011

Panorama para el 2012. La actividad de la construcción después de las elecciones. Pronostican un crecimiento menor que el actual.

Con la confirmación de la continuidad del actual Gobierno nacional y los primeros números del balance final del año en la mano, los especialistas muestran un optimismo moderado para pronosticar el desempeño de la actividad de la construcción en el próximo año.

Para vislumbrar el clima de negocios que se espera para el 2012, el analista político Sergio Berensztein, director de Poliarquía, destaca tres aspectos críticos: el precio de los comodities, el crecimiento de Brasil y la devaluación que pueda establecer en su economía. En ese sentido, una caída en el precio de los comodities resentiría la actividad en el sector, según el analista. A su vez, la aceleración en la fuga de capitales no será beneficiosa en el corto plazo. Aunque, a la larga, según Berensztein, parte de ese dinero se volcará a la construcción como refugio de valor.

En el marco de un foro organizado por el Grupo Construya la semana pasada, en la ciudad de Córdoba, su presidente, Pedro Brandi destacó: “Somos optimistas en el corto plazo y muy optimistas para el próximo quinqueño”. Según los datos que maneja este grupo que reúne a 12 empresas muy influyentes del sector, la actividad cerrará el 2011 con una tasa de crecimiento del 12 al 13%. Para Brandi, la crisis internacional afectará de alguna manera la economía interna generando incertidumbre. Pronostica, entonces, un descenso suave en el crecimiento para el 2012, donde la actividad se expandería un 6%.


Ante una posible devaluación del peso, ya sea para acompañar la cotización del real como para manejar el nivel del gasto público, Berensztein muestra una moneda de dos caras: bajarían los costos domésticos para los inversores, a la vez que se resentiría la capacidad de ahorro.


Para los analistas, la inercia del sector es grande. Las obras iniciadas continuarán a pesar de una desaceleración económica ya que las subas o bajas se la economía se amortiguan para la construcción. “El desafío para el Gobierno será enfrentar la crisis internacional y mitigar el efecto negativo que pueda tener en la visión de los ciudadanos”, opinan.


Fuente: ARQ Clarin

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