domingo, 12 de mayo de 2013

Los Cedin son verdes


 El proyecto de blanqueo de capitales ofrece a los interesados en participar el Certificado de Depósitos de Inversión para ser aplicado en operaciones inmobiliarias. En el mercado estiman que cotizará debajo del blue.


El proyecto de exteriorización de capitales contempla dos canales para que se efectivice el blanqueo: el Bono de Ahorro Argentino para el Desarrollo Económico (Baade), con su versión Pagaré, y el Certificado de Depósitos de Inversión (Cedin). El primero es un bono a tres años a una tasa anual de 4 por ciento con vencimientos de intereses semestrales. La segunda alternativa contempla una serie de características para dar respuesta al mercado de compraventa de inmuebles usados, al tiempo que descomprimiría la presión sobre el dólar en el segmento informal. En el Gobierno estiman un ingreso de al menos 5000 millones de dólares, de los que más de la mitad se canalizaría a través de certificados. Esto podría implicar una fuerte inyección de fondos al sector inmobiliario.

La pesificación de las operaciones inmobiliarias por la restricción a la compra de moneda extranjera no prosperó y recalentó las operaciones especulativas en el paralelo. Dueños de inmuebles usados se resisten a pesificar el precio que exigían en dólares y los que aceptan lo hacen al blue. El comprador se encuentra así con precios que se actualizan constantemente y con la imposibilidad de adquirir los dólares que reclama el vendedor. La aparición de los Cedin busca dar respuesta a esa situación.

Los Cedin son verdes, como los dólares. Estos papeles serán emitidos por el Banco Central bajo distintas denominaciones y se entregarán en representación del dinero entregado a alguna institución financiera para su blanqueo. El circuito es sencillo: el poseedor del Cedin lo utiliza para el pago de un bien inmueble. El proyecto contempla terrenos, locales u oficinas, galpones, viviendas usadas o en construcción y hasta material de refacción. El vendedor puede llevar el Cedin al Banco Central, con documentación respaldatoria de la operación, para que le den los dólares equivalentes al nominal del certificado o utilizarlo para una compra inmobiliaria.

Este circuito implicará una inyección directa de fondos al sector inmobiliario, además de blanquear el ingreso de dólares y su ingreso al circuito formal. Sin embargo, habrá quienes elijan esta opción sin tener una operaciones inmobiliaria en vista y decidan negociar sus Cedin en un mercado secundario. En este mercado, el tenedor del certificado podrá pesificar sus tenencias u obtener dólares de un tercero –con algún tipo de descuento– a cambio del papel. Debe tenerse en cuenta que el Banco Central sólo entrega los dólares contra una operación vinculada con la actividad inmobiliaria. Para el comprador de este papel, implica la posibilidad de acceder a dólares de manera legal y no acudir a las cuevas para comprar el blue. Obviamente, se accederá a un valor superior al tipo de cambio oficial, pero también inferior al que se establece en el ilícito segmento paralelo.

Una alternativa es que el Cedin circule constantemente en ese mercado secundario. Habrá una combinación de ambas situaciones. En este mercado, quien quiera comprar un inmueble y tenga los fondos en pesos podrá adquirir el certificado al tipo de cambio –pactado entre privados– para la operación. En este caso, lo que más seduce al Gobierno es la posibilidad de que se extienda esa alternativa y se reduzca la negociación con dólares físicos. Para ello será necesario que continúe el control para las operaciones en el informal para que la cotización del Cedin no siga los pasos del blue.

Fuente: Pagina 12

Link: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/28-6815-2013-05-12.html

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domingo, 12 de mayo de 2013

Los Cedin son verdes


 El proyecto de blanqueo de capitales ofrece a los interesados en participar el Certificado de Depósitos de Inversión para ser aplicado en operaciones inmobiliarias. En el mercado estiman que cotizará debajo del blue.


El proyecto de exteriorización de capitales contempla dos canales para que se efectivice el blanqueo: el Bono de Ahorro Argentino para el Desarrollo Económico (Baade), con su versión Pagaré, y el Certificado de Depósitos de Inversión (Cedin). El primero es un bono a tres años a una tasa anual de 4 por ciento con vencimientos de intereses semestrales. La segunda alternativa contempla una serie de características para dar respuesta al mercado de compraventa de inmuebles usados, al tiempo que descomprimiría la presión sobre el dólar en el segmento informal. En el Gobierno estiman un ingreso de al menos 5000 millones de dólares, de los que más de la mitad se canalizaría a través de certificados. Esto podría implicar una fuerte inyección de fondos al sector inmobiliario.

La pesificación de las operaciones inmobiliarias por la restricción a la compra de moneda extranjera no prosperó y recalentó las operaciones especulativas en el paralelo. Dueños de inmuebles usados se resisten a pesificar el precio que exigían en dólares y los que aceptan lo hacen al blue. El comprador se encuentra así con precios que se actualizan constantemente y con la imposibilidad de adquirir los dólares que reclama el vendedor. La aparición de los Cedin busca dar respuesta a esa situación.

Los Cedin son verdes, como los dólares. Estos papeles serán emitidos por el Banco Central bajo distintas denominaciones y se entregarán en representación del dinero entregado a alguna institución financiera para su blanqueo. El circuito es sencillo: el poseedor del Cedin lo utiliza para el pago de un bien inmueble. El proyecto contempla terrenos, locales u oficinas, galpones, viviendas usadas o en construcción y hasta material de refacción. El vendedor puede llevar el Cedin al Banco Central, con documentación respaldatoria de la operación, para que le den los dólares equivalentes al nominal del certificado o utilizarlo para una compra inmobiliaria.

Este circuito implicará una inyección directa de fondos al sector inmobiliario, además de blanquear el ingreso de dólares y su ingreso al circuito formal. Sin embargo, habrá quienes elijan esta opción sin tener una operaciones inmobiliaria en vista y decidan negociar sus Cedin en un mercado secundario. En este mercado, el tenedor del certificado podrá pesificar sus tenencias u obtener dólares de un tercero –con algún tipo de descuento– a cambio del papel. Debe tenerse en cuenta que el Banco Central sólo entrega los dólares contra una operación vinculada con la actividad inmobiliaria. Para el comprador de este papel, implica la posibilidad de acceder a dólares de manera legal y no acudir a las cuevas para comprar el blue. Obviamente, se accederá a un valor superior al tipo de cambio oficial, pero también inferior al que se establece en el ilícito segmento paralelo.

Una alternativa es que el Cedin circule constantemente en ese mercado secundario. Habrá una combinación de ambas situaciones. En este mercado, quien quiera comprar un inmueble y tenga los fondos en pesos podrá adquirir el certificado al tipo de cambio –pactado entre privados– para la operación. En este caso, lo que más seduce al Gobierno es la posibilidad de que se extienda esa alternativa y se reduzca la negociación con dólares físicos. Para ello será necesario que continúe el control para las operaciones en el informal para que la cotización del Cedin no siga los pasos del blue.

Fuente: Pagina 12

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