La histórica Confitería del Molino es uno de los casos emblemáticos. Hace años que está cerrada por un litigio judicial. Pero hay miles de inmuebles vacíos. Muchos son construcciones recientes que se hicieron para la venta, pero que esperan el fin del “cepo” por la falta de dólares.
Mientras la población en villas creció un 200% en los últimos 10 años en la Ciudad de Buenos Aires, llegando a ser el 10% total de los habitantes de la Capital, hay al menos 34.000 viviendas que están desocupadas. Una realidad que sorprende, pero que parece responder a una lógica: hoy el mercado de compraventa de inmuebles está paralizado, por lo que muchos eligen quedarse con el ladrillo sin siquiera ponerlo en alquiler.
Los datos aportados por la Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires agregan además que en la Capital en 2001 existían 227.000 inquilinos; diez años después ascendieron a 340.000.
Estas 34.000 viviendas vacías son, en parte, consecuencia del boom de la construcción, que se dio en la Argentina por lo menos hasta 2011. Otra parte corresponde a inmuebles desocupados por decisión de sus propietarios o por litigios judiciales, que en un alto porcentaje terminan usurpados. Hay un dato que desde la Defensoría señalan como preocupante: según el último censo, la población porteña era de 2.982.000 en 1947 y de 2.800.000 en 2010, por lo que lejos de aumentar el número de habitantes, se redujo. Entonces, la pregunta surge sola: ¿hay más propiedades que habitantes?
Las viviendas vacías, en algunos casos edificios enteros, se encuentran mayormente en lo que es micro y macrocentro porteño. Un tercio se distribuye en los barrios de Recoleta, Balvanera, Almagro, San Nicolás y San Telmo, mientras que otro tercio corresponde directamente a lo que es el sur de la Capital. El tercio restante se distribuye en toda la Ciudad.
Y si bien la cantidad de espacios vacíos sorprende, es quizás la excusa para que muchas personas de bajos recursos los "usurpen", muchas veces sumergidos en un mercado ilegal. Esto se refleja en la cantidad de viviendas que se encuentran hoy en situación de usurpación. Mientras en 2013 el Ministerio Fiscal porteño había recibido 1.022 denuncias por usurpación, 2014 finalizó con 1.182 denuncias por estos casos, lo que muestra un crecimiento sostenido. "En la Fiscalía de la Ciudad priorizamos la restitución del inmueble a su propietario.
Habitualmente se tardaban años para sacar a un usurpador; sin embargo, en 2014 el total de casos se resolvió en un promedio de menos de seis meses", sostuvo el fiscal general Martín Ocampo.
Si bien en la zona sur de la Capital se registra el nivel más elevado de ingresos por usurpación, con un 26,1%, sorprende el crecimiento de esta modalidad en zonas más residenciales. Palermo y Recoleta encabezan la lista con números similares a los de Balvanera o Constitución. Los desalojos se han acelerado, en la actualidad, en comparación con años anteriores, aunque muchas veces las usurpaciones no llegan a este desenlace y eso es lo que más preocupa. El delito está penado con entre seis meses y tres años de cárcel, pero en la mayoría de los casos las denuncias terminan siendo desestimadas o las actuaciones se archivan. El 75% de las denuncias no prosperaron en 2013 por motivos diversos, en su mayoría por falta de prueba y por la imposibilidad de individualizar al autor del hecho, por lo que el desalojo es para unos pocos.
Fuente: Ámbito Financiero
Link: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=783633
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