Más de 200 personas que viven en el entorno del Parque Lezama se juntaron ayer en su anfiteatro en un festival con la consigna “no a las rejas”. Participaron numerosas bandas y la murga Los Rotosos de Montserrat, entre otras actividades culturales y artísticas.
Desde el micrófono central en el anfiteatro, las voces de Mauricio y Eva, de la Asamblea Parque Lezama, invitaban a acercarse a los que pasaban por los alrededores. “Ya sabemos que hace rato no entramos al parque, pero anímense a venir y disfrutar de esta tarde hermosa que nos tocó”, convocaba Eva a los indecisos.
Alina vivió toda su vida a siete cuadras del parque que para ella está “cada vez en peor estado”, pero no cree que las rejas sean una salida práctica para mantenerlo. “Yo tengo una vecina que está a favor de las rejas, pero no es por una cuestión de que le gusten, sino porque se instaló mucho la idea de que enrejar un lugar es protegerlo”, contaba mientras recorría el lugar, charlando con los asistentes. “En realidad el cambio que tratamos de lograr desde la Asamblea Parque Lezama es el de vernos más entre todos y demostrar que un parque contemplativo no es sinónimo de un parque seguro o en buen estado”, reflexionaba, mientras repartía volantes que explican la situación.
En el centro del anfiteatro, al lado del lugar donde estaba instalado el sonido, se sentaron con sus artesanías numerosos puesteros. Un joven hacía malabares con distintos elementos y decenas de chicos se tiraban en el piso a dibujar en afiches coloridos “el parque que quieren”. Ningún dibujo incluía rejas. Sobre las escalinatas, un hombre hacía pintura corporal, rodeado de numerosos grupos de jóvenes que tomaban mate, charlaban y leían los materiales que circulan sobre el tema que los convocaba a todos.
Luego de la primera banda, alguien de la Asamblea retomó el micrófono y explicó que “tenemos que mostrar que no se trata de una pelea entre vecinos, como en algunos lugares quisieron decir. Se trata de un posicionamiento claro contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que quiere poner rejas a todos los parques y plazas”. Es un “no a las rejas rotundo. Sabemos que se usan de excusa para justificar el retraso en las obras de puesta en funcionamiento del parque”.
Varios participantes recordaban que las estatuas de Rómulo y Remo fueron robadas hace más de un año, agregando que “el discurso permanente contra la amenaza de vandalismo que tiene el gobierno porteño no se condice con la falta de iluminación total que atraviesa el predio hace ocho meses y la falta de personal de seguridad que cuide el Monumento Histórico Nacional”. Por eso, “terminaremos el festival a oscuras, cuando nos llegue la noche”.
Un chico empezó a recolectar algunos de los trozos de cemento y alambres que estaban tirados por todo el suelo del anfiteatro. Su madre, vecina del lugar, reflexionaba que el tema central del debate no pasa por “rejas sí o no, sino que es una cuestión de parque mantenido o parque abandonado. Pero estoy acá porque creo que las rejas no mejoraron ningún parque y no lo van a hacer con éste”. Eva contaba que “no es verdad que acampamos, ni rompimos nada en el parque. Sí hicimos guardias para que no sigan las obras de rejas que son ilegales. Esta asamblea propuso en agosto de 2013 en la Legislatura porteña un proyecto de ley para un Plan de Manejo Participativo del parque, donde los usuarios le proponemos activamente sobre las obras y el cuidado. Algo que nunca fue tenido en cuenta”.
Mauricio llamó la atención sobre cómo el “Gobierno de la Ciudad incrementó en un 160 por ciento el presupuesto del Parque Centenario, creemos que tiene que pasar lo mismo con el Lezama. Sin embargo, conocemos que se han usado ya 23 millones en el parque y se pidieron nuevamente 6 millones. Pero las obras no avanzan. Como vecinos, les exigimos que cumplan con los plazos de las obras y que abran el parque que es tan necesario para todos nosotros”.
Fuente: Página 12
Link: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-266648-2015-02-22.html
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